México, DF.- Dos militares mexicanos aparecieron asesinados en el estado de Durango, norte del país, y junto a ellos fue hallado un mensaje presuntamente de sicarios al servicio de Joaquín "El Chapo" Guzmán que reta al Estado mexicano y a la Iglesia, informaron hoy fuentes militares y del estado.
"Con 'El Chapo' nunca van a poder ni sacerdotes ni gobernantes", indica la nota encontrada ayer en la comunidad de Ciénaga de Escobar, en el municipio de Tepehuanes, junto a los restos de dos tenientes de infantería.
La Procuraduría General de Justicia de Durango (PGJD) confirmó que había un mensaje junto a los restos humanos pero no detalló su contenido.
Por su parte, la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) detalló que las víctimas son José Antonio Cabrera Rosas y Jesús Sánchez Meléndez, "mismos que presentaban impactos de arma de fuego".
"A inmediaciones de los referidos cuerpos se hallaba un vehículo marca Ford Fiesta, año 2008, propiedad del teniente Sánchez Meléndez con 58 disparos de fusil AK-47", detalló el comunicado.
Ambos pertenecían al LXXI Batallón de Infantería y se encontraban de día libre en el momento en que fueron sorprendidos por sus agresores, de quienes no se tiene rastro.
Cabrera Rosas había participado en operaciones de control de armas y explosivos en los municipios de Tamazula y Santiago Papasquiaro, ambos en el estado, donde el Ejército mexicano busca a los agresores.
El presidente de México, Felipe Calderón, quien ha ordenado la salida de unos 45.000 militares de sus cuarteles para luchar contra el crimen organizado en México, expresa en la nota difundida por la Sedena "sus condolencias por la pérdida irreparable" de los dos tenientes.
Estos nuevos crímenes suceden después de que el viernes pasado el arzobispo de Durango alertó en una rueda de prensa sobre la situación de inseguridad que viven los sacerdotes de Durango y de que Joaquín "El Chapo" Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, podría estar viviendo en Guanaceví, municipio vecino a Tepehuanes, donde fueron hallados los restos de los dos militares.
La declaración, sobre la que el propio arzobispo ha evitado hacer comentarios, ha causado gran revuelo entre las autoridades federales y entre la jerarquía católica.
Ayer la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reconoció que existen sacerdotes amenazados por el narcotráfico en el país, pero matizó que no hay una cuantificación de casos ni su localización.
