Ataques. Un hombre recibe atención médica en un hospital de Kirkuk, en el Norte de Irak.
Una bomba mató a 5 personas durante una procesión de peregrinos en el Noreste de Irak y otras explosiones en Bagdad mataron a 2 peregrinos más, mientras millones de personas observaban la festividad religiosa más importante del año para los musulmanes shiies.
Fueron los más recientes de una serie de ataques en a los shiies durante los 10 días de ceremonias religiosas que culminaron ayer. La festividad de Ashura es un periodo de duelo en que los shiies recuerdan la muerte del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma, en una batalla en la ciudad de Karbalá en el siglo VII.
Esta semana, los cientos de miles de peregrinos que viajan a Karbalá en esta época y otros que celebran la festividad shii en todo el país fueron blanco de numerosos ataques de insurgentes, que buscan volver a despertar la violencia sectaria que tuvo al país al borde de una guerra civil hace dos años. Decenas de personas murieron y más de 150 resultaron heridas.
Las procesiones de Ashura, en que los hombres se flagelan con espadas y cadenas para mostrar su dolor por la muerte de Hussein, habían sido prohibidas por el dictador Saddam Hussein y su régimen controlado por la secta de los suníes.
Desde entonces, celebrar Ashura en público a pesar de las amenazas de ataques es una demostración de fuerza para los shiies, que son mayoría en Irak.
La bomba que mató a 5 personas estalló en Tuz Khormato, según un funcionario policial, cuando los peregrinos conmemoraban el último día de Ashura. Un funcionario de salud confirmó la cifra de víctimas.
En el Oeste de Bagdad, una bomba a la orilla del camino estalló al paso de un minibús que llevaba peregrinos, matando a uno e hiriendo a seis.
