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Material gris en lugar de materia prima

Contexto Lagunero

Al cruzar los umbrales de la sociedad del conocimiento, hemos iniciado una sustitución progresiva de las materias primas para dar lugar al predominio de la inteligencia y del conocimiento como factores principales para el progreso económico. Por ejemplo, a nivel mundial, la producción de software informático, el cual es un producto puro de la inteligencia humana, es la principal generadora de valor agregado en el comercio internacional. Otro ejemplo lo es la producción de chips en los que el costo de los materiales representa menos del 1% del costo total. En la producción de los chips y en la de todos los sistemas que lo usan como su componente principal, la parte más importante de todo es el saber que hay asociado a las personas que participan en su concepción.

Otro hecho que confirma la relegación de la importancia de las materias primas físicas es el de que la producción de semiconductores ha superado en importancia a los productos de la industria siderúrgica en el consumo mundial de bienes de capital.

Los conocimientos y las competencias de los individuos, son hoy el factor más importante en la mejora de la productividad, más que la propia maquinaria y el equipo, y lo anterior está produciendo un cambio rápido en la vida económica. Por lo anterior, la educación, tanto la formal que dan el Estado y las instituciones privadas, así como la que dan a sus empleados las propias empresas, adquiere mucho más valor como estrategia vital para aumentar la competitividad.

La sociedad del conocimiento pone al alcance de todos a través de muy diversas formas, información y saber sobre temas muy diversos que anteriormente eran usufructo exclusivo de los especialistas. Este cúmulo de conocimientos disponibles en las sociedades modernas, hace necesario que la educación capacite a las personas para estructurar estos conocimientos con análisis crítico, discriminación efectiva y síntesis de la esencia para construir de esta forma la vía de aplicación de dichos conocimientos para el desarrollo y el progreso de todos.

Estos procesos de cambio, afectan de manera directa a los individuos, a la vida económica y al empleo. De hecho, se estima que en un futuro muy próximo, un ciudadano ordinario se verá obligado a cambiar de profesión varias veces a lo largo de su vida activa.

Una buena formación básica, garantiza a las personas un buen nivel de adaptación a un entorno profesional dinámico como el actual. Los conocimientos teóricos, las competencias cognitivas y las formas de pensamiento avanzado no son menos importantes que la formación práctica. Por ello, empresas europeas y norteamericanas facilitan y dan a sus empleados cursos con contenidos semejantes a los de la educación secundaria o a la de los primeros semestres en la universidad. De acuerdo con la revista Training, el 30% de las empresas grandes en EUA, organizan programas de formación básica para corregir las deficiencias del sistema educativo.

Una educación general bien orientada, que fomente la creatividad, el espíritu inventivo y la innovación, tiene un valor muy alto para producir generaciones bien preparadas para adaptarse a los procesos de cambio y para contar con herramientas intelectuales imprescindibles para la resolución de problemas complejos.

Ante situaciones complejas, la flexibilidad y la capacidad para afrontar los cambios, se convierten en competencias que desarrolla la sociedad del conocimiento para afrontar dichas situaciones con posibilidades de éxito. La educación puede y debe dar a las personas modos flexibles de organización del conocimiento y de hábitos personales como la tolerancia y la capacidad de adaptación.

Hay otras competencias muy valoradas en el empleo como la aptitud para la comunicación oral y escrita, la capacidad para trabajar en equipo, la disciplina personal y el sentido práctico apoyado en una buena capacidad de conceptualización. Todas estas competencias se pueden desarrollar de acuerdo con la edad, desde la educación básica, particularmente, la capacidad para gestionar la propia educación y el propio conocimiento por medio de la actitud adecuada, la motivación y el gusto por aprender y por mantenerse al día.

La buena educación, más que cualquier otro sistema, debe ayudar, por tradición, por dedicación y por vocación, a preparar a los individuos para adaptarse a la situación de cambios y retos descritos anteriormente.

En resumen, actualmente, la materia gris está desplazando en importancia, a un ritmo muy veloz, a la materia prima y en ello, la buena educación representa el factor más importante para mantenernos competitivos.

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