¡Al fin! Luego de mucho tiempo, la actriz mexicana se goza tal cual es.
MÉXICO, DF. A pesar de ser una mujer joven, las vivencias por las que pasa la actriz Maya Zapata son más grandes que su edad.
Un mundo hostil con estereotipos de belleza dictadas por un mercado no la hicieron dejar de perseguir su sueño y ahora disfruta de ser una mujer hermosa, que busca papeles en el séptimo arte poco convencionales, pero eso sí, que la hagan sentir poderosa.
Maya es la imagen de portada del mes de septiembre de la revista Open. Cabello oscuro, largo, piel morena y unos ojos negros, grandes, la hicieron dudar sólo por un momento sí había elegido el camino correcto de sus ilusiones.
-Tus rasgos son muy particulares, ¿alguna vez quisiste ser modelo? "No me sentía lo suficientemente hermosa para hacerlo. Ahora me siento hermosa, me comporto como una mujer hermosa y me disfruto hermosa. Pero antes no. Era bella, pero no lo explotaba.
"Después me di cuenta, con los viajes, de que el mundo era muy generoso; mucho más que mi propio país. Que en otros lugares admiraban mi belleza de una manera que jamás en México nadie lo había hecho. Me impresionó mucho que la gente de mi país no supiera cómo valorar mi belleza".
Así es Maya Zapata, una chica que siempre se sintió diferente, la misma que cuando supo que tenía voz, jamás calló y por el contrario se sumergió en la comprensión del comportamiento humano gracias a la actuación.
De ascendencia actoral, Zapata, a la edad de seis años probó del néctar divino de la representación dramática luego de su participación en su primera película de Gregory Nava, "Gringo Viejo".
Allí fue cuando sintió "un poder distinto que de otra manera no hubiera tenido". Fue entonces cuando comenzó la magia y la lucha por encontrarse ante un mundo de estereotipos.
"Si así soy, ¿por qué no mostrarlo cómo es o inspirar a otras mujeres a que hagan lo mismo con ellas? Que se sientan bellas, independientemente de sus rasgos y su color de piel", expresa a la publicación.
Maya dijo que "Hay que romper los estereotipos, sin perder los arquetipos...".