Seguimos recordando algunas de las noticias más importantes de cada mes. En mayo hubo una que, como tantas cosas en la política mexicana, supuso una tragicomedia.
Al empezar el año suponíamos que a medida que se acercara el 5 de julio, los escándalos políticos iban a ir surgiendo poco a poco. Pero no. Resulta que parecen estar brotando prácticamente a diario.
Las estridentes confesiones de Carlos Ahumada en su libro "Derecho de Réplica" llenaron las columnas de los comentaristas nacionales durante... cinco días. En los cuales, por cierto, mucha gente ignoró que Roberto Madrazo, otro modelo de honestidad e integridad, también había sacado un libro... con tanta credibilidad como el otro.
Pero todavía se estaban discutiendo las virtudes, defectos y vicios de Ahumada, para saber si comprar o no el libro, cuando saltó a la palestra nacional un nuevo escándalo. En este caso, las declaraciones del expresidente Miguel de la Madrid Hurtado vinculando al "villano favorito de México", Carlos Salinas de Gortari, y a su respetable familia, con delitos de corrupción, narcotráfico y hacer trampas en el pipis-y-gañas. Todo ello, en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui.
La ojiverde habló con De la Madrid como parte de la recopilación de material para escribir un libro cuyo temática, al parecer, va a echar lumbre. Pero no quiso esperarse a la minuciosa y usualmente tardada labor de los tipógrafos: considerando que el asunto era de interés inmediato, dio a conocer el audio de la entrevista.
A las pocas horas el mismo De la Madrid, a través de uno de sus hijos, se desdijo. Alegó que por las condiciones que guarda su salud, sus respuestas no eran confiables. O sea, de plano se declaró gaga y compadre del señor Alzheimer.
Por supuesto, que alguien afirme que la corrupción de la familia Salinas fue rampante durante el sexenio de su miembro más renombrado no es ninguna novedad. Digamos que es prácticamente un lugar común, pese a que nadie ha presentado una prueba indiscutible en contra del diminuto orejón. De sus hermanos, mejor ni hablar.
Pero lo que llamó la atención fue que esas acusaciones surgieran del hombre que lo escogió como su sucesor en Palacio Nacional... decisión de la que aceptó arrepentirse. Además, en cuanto De la Madrid le entregó la banda presidencial al de Agualeguas, se volvió Hellen Keller: ciego, sordo y mudo. Era el expresidente más ausente de todos. Y de pronto, en el ocaso de su vida, ¡esto!
Sobra quienes piensen que, a unos días de las confesiones de Ahumada, lo de De la Madrid fue el segundo eslabón de una cadena de ataques concertados en contra de Salinas. Otros, que Aristegui se aprovechó de un anciano que ya no sabía ni qué decía ni a quién. Lo que sí es que en 2009 la podredumbre de nuestra clase política afloró cada vez con mayor fuerza... y con cada vez más cinismo.
