Chacchoben es una zona arqueológica hasta ahora no muy conocida. Para llegar debes volar a Chetumal, que se encuentra a una hora y media por carretera de Carrillo Puerto.
MÉXICO, DF.-El turismo étnico cobra fuerza en nuestro país pues a través de todo el territorio nacional se puede encontrar y disfrutar del folclore de su gente, de su comida, de sus costumbres
En la sierra de Tepic
Huicholes Adentrarte en su mundo es una tarea titánica pero no imposible
Huyendo de las tropas españolas, grupos indígenas se arraigaron en la Sierra Madre Occidental. Ellos son los huicholes.
Pasa un día con ellos o una semana entera. En Tepic se toma una avioneta. Vuelas 45 minutos, después una mula. Son ocho horas de camino. El destino es la comunidad Kalimt integrada por 15 familias de huicholes.
Lo primero que el guía te explica es siempre demostrarles respeto, ya que tu eres el extraño. Tu casa provisional no tendrá comodidades. Es un campamento que se parece al de ellos.
Sus casas son pequeñas chozas de lona. Solo el Caramat, jefe de la comunidad, vive en una casa hecha de arcilla con techo de palmeras y sus tres mujeres e hijos.
En el día hombres y mujeres se reparten las actividades. Según tu sexo, deberás ayudarlos. El sexo masculino se marcha para cazar, sembrar o cosechar.
Las mujeres se quedan a preparar los alimentos. Carne de venado seca con frijoles y tortillas de maíz. Los guías pueden darte otros alimentos.
Ahora es momento de sacar el estambre y comenzar a tejer. Tendrás a las mejores maestras.
La chaquira es su fuerte. Ellos comen un poco de híkuri (peyote), para que sus dioses les vayan dictando los colores. Al final obtienes un jaguar multicolor. Por la tarde te reunes para aprender un poco de su lengua. Los abuelos son tus profesores.
Cuando cae la noche llegan las danzas. Alrededor de una fogata, un brujo dará gracia a la madre tierra y al padre sol. Eres integrado a la ceremonia.
Si es un cambio de estación se queman varitas de colores, para augurar buenas cosechas. También se hace la presentación de los nuevos hombres de la comunidad. Los niños que han cumplido cinco años.
DÍAS MANCOMUNADOS Zapotecas te muestran como se debe sembrar y cosechar correctamente
Lachatao, Amatlán, Yavesia, Latuvi, Benito Juárez, Cuajimoloya, Llano Grande y La Nevería, son los ocho pueblos mancomunados de la Sierra Norte de Oaxaca.
Todos sus habitantes son zapotecas y te abren las puertas de sus casas para que conozcas sus costumbres.
Lo que recomiendan es pasar tres días en cada pueblo. Las actividades que realizas se basan según la temporada en la que asistas. Por ejemplo, en marzo y abril hay productos que sembrar. Maíz, frijol, chícharo y habas. De mayo a julio es la cosecha de frutos: durazno, manzana, pera y capulín.
Durante el día es el trabajo en el campo. El jefe de la familia con la que te hospedes te llevará para que colabores. Si te toca quedarte en casa con la mujer, ella te enseñará a hacer tortillas de maíz, ensaladas de berros y hasta como matar a un pollo para preparar el caldo que se cocina en la "lorena", su estufa de barro y leña.
La familia no se reúne para la hora de comer, pues los hombres lo hacen el campo. Te comparten del itacate que sus mujeres les han preparado.
En la noche, cuando llegan los maridos de trabajar, se debe prestar mucha atención porque vienen las lecciones de zapoteco. Sabrás decir padiuchi (buenos días), vi la lu (¿Cómo te llamas? o lleta (tortilla).
Para bañarte debes poner el agua en una olla y directo al fogón.
Con la ayuda de una jícara te aseas. Hay algunos que ya cuentan con regaderas.
ISLA TIBURÓN
Más de una decena de víboras se arrastra en sus dominios, vagan zorros y venados cola blanca, los borregos cimarrones saltan en los montes colorados, las caguamas emergen del mar a un paisaje tosco, casto. Tiburones y delfines rondan este pedazo desprendido del continente.
Por decreto Isla Tiburón pertenece a los comcáac (los seris prefieren ser llamados así).
Si uno quiere visitarla debe ir a la comunidad de Punta Chueca, muy cerca de Bahía de Kino, a solicitar un permiso, otorgado a contentillo.
Pero la comunidad comcaác, con el apoyo de algunas asociaciones, abrió el año pasado una empresa, se llama Ecoturismo Seri, con excursiones en lancha a uno de los esteros de la isla para caminar o navegar entre manglares, remar un kayak y observar multitudes de aves (más de 170 especies).
Cuentan historias de sus ancestros, de su tierra sagrada. Si uno tiene suerte habrá fiesta. Celebran la pubertad, el nacimiento, la muerte.
Además de sus figurillas de palo fierro, son famosos por sus cantos al desierto y al mar.