A la alza. Mickey Rourke está de vuelta en la Meca del Cine, con un filme que ha sido todo un éxito. AP
México, Df. El actor Mickey Rourke, protagonista de El Luchador, demostró a la crítica especializada que con la historia de Randy "The Ram" Robinson, ese boxeador acabado, aún funciona para Hollywood.
El galán de los 80, que cautivó a la audiencia en sus escenas eróticas en la cinta 9 1/2 semanas al lado de Kim Basinger, regresó al cine después de sus constantes visitas a la estación de Policía, de problemas con drogas y alcohol y su fallida carrera de boxeador que además lo dejó desfigurado.
Técnicamente Rourke no es un boxeador, sino uno de esos luchadores del espectáculo llamado wrestling (lucha libre), pero para la historia poco afecta esta variante, pues como explicó Rourke hace un par de días, el problema que se plantea a "cualquier atleta: es el momento de irme, ¿a dónde voy?", dijo.
La cinta El Luchador (The Wrestler), dirigida por el neoyorquino Darren Aronofsky, llega a México presidida de buenos comentarios por parte de los críticos especializados que esperaban que el veterano actor se alzara con el Oscar en la pasada entrega.
El actor se refirió a su trabajo en la cinta. "Rodamos esa escena mientras había combates reales y entre las peleas nosotros subíamos al cuadrilátero para hacer nuestras escenas de lucha. Había 300 o 400 personas (en la arena) y yo pensaba: 'Madre mía, si me equivoco voy a quedar como mier...'.
"Así es que pensaba: 'tengo que lograrlo en la primera toma', porque en los ensayos nunca lo conseguí. Estuve cerca tres o cuatro veces...
"Entonces pensaba, si tienes las agallas para hacerlo bien una vez, Darren estará feliz y no tendrás que volver a hacerlo. ¡Y lo logramos en la primera toma! Estoy más orgulloso de eso que de cualquier interpretación en toda mi carrera... fue como volver a nacer", declaró un Rourke emotivo en el diario El País.
Y por si fuera poco, Rourke reconoció que desafortunadamente tenía muchos paralelismos con el personaje, porque hace 15 años tiró a la basura su carrera.
La película es un clásico, pero funciona y muestra que tras su sonado fracaso con La Fuente de la Vida, Aronofsky encuentra en su guión otra vez el camino de la narración y es capaz de enganchar al espectador de forma casi inmediata.
Historia de vida
La historia muestra a Randy Robinson, un luchador al final de su carrera profesional, cuando se sube a cuadriláteros de tercera categoría y su salud empieza a pasar la factura de los años de peleas, no por amañadas, menos brutales. Randy empieza entonces su particular ajuste de cuentas con la vida, una hija abandonada, interpretada por Evan Rachel Woods, y una soledad en la pobreza que intenta superar con el amor hacia una streaper, Marisa Tomei.