Dicen que lo peor es tenerle miedo al miedo. Una amiga me pregunta si yo no tengo miedo. No tienes miedo a nada, ella misma contesta y asevera. Y yo le digo, pues trato de no tener, pero sí, a veces siento que ronda por ahí.
Y es que en estos días veo que el miedo se ha metido en el alma de nuestra comunidad. Alguien por ahí cuenta que siente una opresión en el pecho, una mujer lleva varios días con dolor en el cuello y la cabeza y alguien más dice que su marido anda muy nervioso. Está estresado, -dice. El miedo es canijo, digo yo.
¿Qué hacer para quitar el miedo? ¿A qué tenemos miedo, o a quién?
Torreón se caracterizó siempre por ser una ciudad muy tranquila. La vida transcurría lenta, pacífica, lo único violento eran los terregales, las tolvaneras de cada tarde que introducían el polvo en las casas.
Pero en los últimos meses, pareciera que vivimos en otro lugar, que alguien vino y cambió a Torreón y a La Laguna. Día con día nos enteramos de las luchas entre bandas de narcotraficantes, de muertes, baleados, secuestrados, "levantados", cateos. Palabras que no formaban parte de nuestro vocabulario son ahora de uso común. Se nos terminó la inocencia. El mal anda suelto, el miedo también.
Pasa algo y la noticia corre de celular en celular. Hubo un operativo frente a mi casa, escuché la balacera de la Durangueña, llegaron en las camionetas de la Policía Federal, "levantaron" a mi vecino, secuestraron a un amigo, rafaguearon las patrullas, cerraron las tiendas
¿Cuántos de estos comentarios hemos escuchado en los últimos meses?
Buscamos información en los medios, preguntamos a quienes suponemos que saben, indagamos con las autoridades para ver qué están haciendo y nadie nos aclara el panorama. Más aún nos sume en la confusión. No sabemos qué hay al final. Entonces surge el miedo y nos paraliza.
Y encima de todo, crisis económica. El desempleo, la carestía no hacen más que sumarse al miedo, el maldito miedo.
¿Cómo enfrentarlo? ¿Habrá alguna manera? Creo que sí. Si actuamos con decisiones firmes. Cada uno en su ámbito. Recuerdo un maestro muy querido que me enseñó que en la educación de los hijos y de los estudiantes había que actuar "firme en el fondo, amable en la forma" -repetía. Actuemos con firmeza, no tengamos miedo a ser exigentes y firmes.
En la familia, donde las personas nos formamos en valores, si un papá o una mamá están educando a sus hijos que sean firmes, tomen decisiones y no claudiquen ante los reclamos de los hijos. Que se apeguen a sus valores y creencias. Que no titubeen.
Eso formará seres humanos responsables, que conocen de límites. No tener miedo de castigar a los hijos cuando han roto las reglas básicas de la convivencia, miedo de aconsejar ante la necesidad de un hijo, de actuar a tiempo ante un problema de droga o ante una sospecha de que un hijo anda metido en algo turbio.
Lo mismo para las autoridades. Leyendo las memorias de Barack Obama, mucho de eso es su credo político.
Hay que actuar con firmeza, una vez tomada la decisión apégate a ella, dice Obama. Las autoridades se comprometen a respetar y hacer respetar las leyes. Si ellos las rompen, si no actúan con decisión y firmeza, si la impunidad es lo que reina, entonces qué clase de sociedad vamos a tener.
El momento que vivimos es muy delicado, confuso y difícil. Aunado a una crisis económica muy complicada, vivimos una guerra. Que nuestros gobernantes se mantengan unidos, sean del partido que sean, del grupo que sean, ante un enemigo en común, llámese crisis económica, llámese violencia, guerras de bandas de narcotráfico, lo único que nos salvará es la unión y ver por la mayoría. Nada van a resolver si no actúan con decisión y en lugar de eso se la pasan criticándose y viendo qué hace mal el que no es de mi grupo para atizarle. Y afuera los que si deben de atacar andan sueltos.
Dejen de frivolizar a la política como dice el escritor Mario Vargas Llosa en un excelente ensayo que publicó en la revista Letras Libres. En la civilización del espectáculo, dice Vargas Llosa, se banaliza la cultura, se frivoliza la política, se masifica el consumo de drogas. Si un político quiere mantener su popularidad entonces hay que gastar en aparentar, más que en ser, y para aparentar su imagen publicitaria es número uno. Hay crisis y gastan millones en publicidad. Eso es insustancial, frivoliza la política.
En el espectáculo lo importante es divertirse, escapar del aburrimiento y la rutina. El "todo se vale" para divertirse, hasta el consumo de drogas para huir de la preocupación, del vacío, de la angustia y de tener que tomar decisiones.
Esto sí que me da miedo. Que nuestro mundo termine sometido a la civilización del espectáculo, que el cinismo, la violencia, la transgresión, la impunidad marquen los días por venir. Por eso digo que no se trata de vivir aterrados, se trata de actuar con decisión, exigir a las autoridades, educar con convicción en la casa, en la escuela, mantener el rumbo una vez tomado el camino. Entonces sí podremos construir un mundo mejor.
Este año La Camerata de Coahuila cumple 15 años. Por el bien de la cultura de los laguneros apoyémosla.