La FAO tiene la esperanza que el G8 aumente la ayuda al desarrollo destinada a la agricultura, actividad que comprende a 700 millones de personas en el mundo que padecen hambre, dijo el jueves el director de la FAO, Jacques Diouf.
Los países más industrializados del G8 y el Grupo de las Cinco potencias emergentes, integrado entre otros por México y Brasil, debatirán el viernes las soluciones para potenciar la agricultura y frenar el hambre que afecta en particular a los que viven de la agricultura.
El director de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) dijo en entrevista con The Associated Press que no sólo espera "decisiones importantes, sino su aplicación".
"A los 1.000 millones de hambrientos (que hay en el mundo) no se les puede dar de comer todos los días, sino hay que hacer inversiones que les permita producir alimentos", expresó.
Sostuvo que, por el contrario, se han reducido los recursos destinados a la agricultura en la ayuda oficial al desarrollo del 17% de 1980 al 3.8% en el 2006.
"Si se continúa con esta política, afirmó, el objetivo de reducir a la mitad las personas que padecen de hambre en el 2015, se alcanzaría en el 2150".
De todos modos, se mostró confiado de que el G8 que se celebra en L'Aquila, en el centro de Italia, del miércoles al viernes, pueda cambiar esta situación y que el porcentaje de ayuda destinado a la agricultura se vuelva a los años ochenta.
"Las indicaciones preliminares son muy positivas, pero hay que ver si se traducirán en hechos y en acciones concretas", expresó.
Recordó que la situación más dramática se registra en Africa, donde "se encuentra la inmensa mayoría de los hambrientos, en circunstancias que en los años 70, exportaba alimentos".
Dijo que, por ejemplo, por la carencia de almacenamientos, se pierde el 40% de las cosechas de algunos productos agrícolas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que los líderes del G-8 se quedarán cortos en unos 20.000 millones de dólares respecto a las promesas hechas en 2005, cuando acordaron incrementar la ayuda en 50.000 millones durante los próximos cinco años.
El G8 otorga un promedio del 0,23 del PIB a la ayuda al desarrollo, poco más de la mitad de la Unión Europea (UE), que alcanza al 0.42%, según un informe de la OCDE de 2008.