Adán y Eva comieron la manzana. Eva la comió por curiosidad. Adán, porque Eva se la dio.
(Gracias a la manzana -y a la serpiente, que convenció a Eva de comerla- estamos nosotros aquí. De no haber sido por eso todavía el hombre y la mujer seguirían en el Edén sin hacer otra cosa más que mirarse el uno al otro, como tontos).
El Señor, irritado, los expulsó del paraíso terrenal.
-¿Por qué nos echó? -le preguntó Eva a Adán-. ¿Acaso porque cometimos el pecado original?
-En otros más originales estoy pensando ya -respondió Adán-. Lo que creo es que tuvo miedo de que le fuéramos a contagiar la influenza.
¡Hasta mañana!..