Hablaré hoy de un hombre y de un caleidoscopio.
O de un caleidoscopio y un hombre, si de dar vueltas se trata.
El hombre está mirando por un caleidoscopio.
Lo hace girar, y ve las figuras caprichosas que los cristales forman en la lente.
No sabe el hombre que al tiempo que ve el caleidoscopio, también el caleidoscopio lo está mirando a él.
El caleidoscopio ve las figuras caprichosas que la vida y el mundo forman en el hombre.
Y dice el caleidoscopio, pensativo:
-Es más caleidoscópico que yo.
¡Hasta mañana!..