Muy pocos saben quién es Giovanni Punto. Lo que Paganini fue para el violín o Liszt para el piano, Giovanni Punto lo fue para el corno. El mejor cornista de su tiempo, compuso una serie de obras para su instrumento, que sólo de vez en cuando ya se escuchan. Murió en 1803, a los 51 años de edad. Sobre su tumba, en Praga, hay una inscripción latina que tiene este juego de palabras: “Omni tulit punctum Punto”. Eso significaría: “Todos los puntos los alcanzó Punto”. En la época de su mayor gloria como intérprete y compositor alguien escribió estas palabras: “... ¿Beethoven? ¿Quién es ese Beethoven? Su nombre ni siquiera es tan bien conocido como el de Punto...”. Nadie ahora lo recuerda. Su desvaído fantasma nos enseña que el esplendor de la fama es vana pompa. Para quienes fincan su vida en la opinión de los demás lo único memorable es el olvido. ¡Hasta mañana!
