Hay un girasol que nació y crece en un lugar desconocido.
Nadie lo sabe, pero el Sol sigue los movimientos de ese girasol. El dato que estoy dando es inédito, y de seguro causará asombro en los especialistas. Generalmente se cree que los girasoles siguen el curso del Sol. No es así: la verdad es que el Sol sigue los movimientos de aquel girasol que nadie ve. Cuando por la mañana esa flor se abre al día, el Sol abre también su corola de luz. Se va inclinando la flor de Oriente hacia Occidente, y el Sol la sigue hasta el ocaso. Cierra la flor sus pétalos para dormir, y el Sol apaga también su luz, y duerme.
Todo esto no lo sabe nadie. Yo sí lo sé, pero lo voy a olvidar ahora mismo para no contradecir a los demás. La equivocación de todos suele dar más tranquilidad que la verdad de uno solo.
¡Hasta mañana!..