"Cantando la cigarra pasó el verano entero...".
Llegó el otoño, y los vientos dispersaron por el mundo su canción. Cuando el invierno vino todos tenían cálidos sus corazones por la armonía que la cigarra les había dado.
La hormiga, en cambio, trabajó todo el verano.
Llegó el invierno, y con él una tremenda recesión. Se desplomó el precio de todo lo que la hormiga había acumulado en sus graneros, y la pobre tuvo que declararse en quiebra. Y ni siquiera tenía una canción para alegrarse.
Yo no estoy a favor de la cigarra, pese a que tengo algo de cigarra. Tampoco estoy a favor de la hormiga, pese a que algo también tengo de hormiga. Pienso, sin embargo, que para las canciones no hay nunca recesión. Pero quizá pienso eso porque, igual que la cigarra, cantando pasé el verano entero.
¡Hasta mañana!..