Es fama entre los campesinos de Tabasco que la serpiente nabuyaca -la nauyaca-, entra en un profundo letargo cuando ve a una mujer embarazada.
Don Alfonso Taracena, ilustre tabasqueño a quien traté y por quien sentí muy grande afecto, me dijo alguna vez que él podía dar testimonio de eso. Explicaba el fenómeno diciendo que seguramente la serpiente sentía remordimiento por haber seducido a la mujer, y se ofrecía a ella, inerme, para que se vengara.
Yo no sé de estas cosas. De nada sé, en verdad. Pero alcanzo a intuir que hay muchas cosas de las que nadie sabe nada. La vida, ese misterio, está lleno de misterios. Lo mejor es ir por ella en un continuo asombro. Así voy yo. Todo me asombra, pues para mí todo es misterio, lo mismo la mujer que la serpiente, lo mismo el cielo que la tierra, lo mismo tú que yo.
¡Hasta mañana!..