A los 14 años de edad asistí a mi primer baile formal. Iba de traje y con corbata. Hace unos meses, 56 años después, fui a otro baile. Vestía ropa informal: los tiempos han cambiado. Pero en los dos bailes tocó la orquesta de Beto Díaz.
Oír a ese conjunto era como escuchar juntos a Harry James, Benny Goodman, Glenn Miller y Artie Shaw. Empezaba Beto Díaz a tocar “Roberta”, y hasta las mesas y las sillas salían a bailar.
En un accidente de carretera perdió la vida el sábado en la madrugada ese gran músico que en tantas vidas puso música. Nos regaló alegría. Más importante aún: nos regaló memorias. Pocas parejas de edad habrá en el norte que no hayan bailado con la orquesta de Beto Díaz.
Nuestra estación de radio cultural, Radio Concierto, llevaba a Saltillo a Beto Díaz dos veces cada año, desde hace ocho, como regalo a quienes nos escuchan.
Acudían a esos bailes gente de la más alta sociedad y personas de condición humilde. A los mismos acordes bailaban los grandes magnates de la industria y sus obreros. A todos igualaba la música de Beto Díaz.
No está ya con nosotros el querido artista. Pero vivirá siempre en el recuerdo ese hombre bueno que tantos recuerdos nos dejó. ¡Hasta mañana!..
