Los niños dan lecciones que deberían aprender los teólogos que todo creen y los científicos que de todo dudan.
La maestra de un niño le preguntó:
-¿Sabes cómo se forman las nubes?
-No lo sé -le contestó el chiquillo-. Pero las nubes sí lo saben, y eso es realmente lo que importa.
Es cierto. Hay en la naturaleza una sabiduría oculta por la cual todas las cosas son lo que deben ser, y alcanzan su armonía y plenitud. Nuestro mundo sería mejor si no estorbáramos con nuestra necedad ese saber. Deberíamos ser como los niños, que no saben cómo se forman las nubes, pero tienen la certidumbre de que ellas sí lo saben.
Eso es lo que realmente importa.
¡Hasta mañana!..