Esta pequeña nieta mía, Lucy, tiene las pestañas más largas que en el mundo han sido. Cuando entra en el estudio donde escribo debo tomar algunas precauciones, pues con sus pestañas la niña agita el aire, y se me vuelan todos los papeles.
Lucy le hizo a su mamá una pregunta que me causó felicidad. Le preguntó:
- Mami: ¿por qué mi tito Armando siempre está feliz?
¿Así me miras tú, pequeña? ¿Feliz siempre? Debe ser porque cuando llegas a mi casa contigo llega la felicidad. El que tenga en su vida una niña como tú ya tiene un motivo para ser feliz. Pero además mi vida está llena de amor, y de esperanza, y de alegría y fe. Alguna vez el dolor ha puesto sobre mí su mano, y sé que en el camino me aguardan días tristes. Pero he aprendido que quien ama no está nunca solo, que quien da su sonrisa a los demás nunca está triste, que quien espera nunca desespera, y que el que cree sabe.
Soy feliz, sí, Lucy chiquita. Y tú estás siempre en mi felicidad.
¡Hasta mañana!..