Los discípulos de Hu-Ssong hablaban de las diversas frutas, y de su sabor.
Dijo uno:
-Mi fruta preferida es la manzana.
Dijo otro:
-La mía es el durazno.
Un tercero afirmó su preferencia por los higos.
El mayor de los alumnos se dirigió a Hu-Ssong. Le dijo:
-Y a ti, maestro ¿cuál es la fruta que te gusta más?
Respondió el filósofo:
-La que me estoy comiendo.
Los estudiantes meditaron la respuesta del maestro, y supieron que siempre el mejor fruto es el momento que se vive.
¡Hasta mañana!..