"Cantando la cigarra pasó el verano entero...".
En eso no hacía mal, diga lo que diga el fabulista: el deber de las cigarras es cantar. Cantar les sirve para perpetuar la vida, y perpetuar la vida es el oficio principal de todas las criaturas, sean cigarras o sean hombres.
La hormiga, en cambio, trabajó todo el verano. En eso no hizo mal tampoco: el deber de las hormigas es trabajar. Eso les sirve también para perpetuar la vida.
Cuando llegó el invierno la hormiga vio colmados sus graneros, y la cigarra tuvo hambre. Entonce la hormiga compartió con ella su alimento. Era una buena hormiga; sabía que hacer el bien es el mejor trabajo, y es también la más bella canción.
¡Hasta mañana!...