El color blanco le dijo al color rojo:
-El blanco es el color de la pureza. ¿Por qué tú no eres blanco, igual que yo?
El color rojo palideció por la vergüenza, y se hizo blanco.
Seguidamente el color blanco fue con los otros colores -el verde, el azul, el amarillo, el gris, el negro, el anaranjado, el añil, el violado, el beige, el café, el morado, el rosa- y les dijo lo mismo que había dicho al rojo: ¿por qué no eran blancos como él?
Todos los colores, entonces, renunciaron a su color para volverse blancos.
Y sucedió que ya no hubo colores en el mundo. Y como no había ningún otro color, el blanco dejó de ser color. Demasiado tarde entendió que sólo podemos ser lo que somos porque hay otros que son como son, aunque no sean como nosotros somos.
¡Hasta mañana!...