Quevedo leyó el poema que le presentó un joven poeta moderno. (En todas las épocas ha habido jóvenes poetas modernos).
Cuando acabó la lectura, el joven poeta moderno quiso saber qué le había parecido su poema.
-No le entendí -contestó don Francisco.
-Lo que quise decir -explicó el joven poeta moderno- fue esto, y esto, y esto otro.
-Y si quisiste decir eso -le preguntó Quevedo- ¿por qué no lo dijiste?
Cuando un poema -o cualquier obra de arte- necesita explicación, pierde sentido. Porque el arte es expresión de la belleza, y la belleza no necesita explicación.
¡Hasta mañana!...