Me habría gustado conocer a Leovigildo Sotolongo. Con ese nombre nadie lo conoce. Muchos lo recordarán si digo que era Leo Soto.
Vino de Cuba a México cantando con la Sonora Matancera. Le gustó este país -que a muchos mexicanos no les gusta-, y se quedó a vivir aquí. El Presidente López Mateos, que disfrutaba mucho de su música, le dio la carta de naturalización.
Leo Soto llevaba siempre con él una pequeña foto de don Adolfo y una estampita de la Virgen de la Caridad del Cobre. Antes de salir a cantar las besaba siempre. Eso lo supe por don Ventura Cantú, querido artista regiomontano que muchas veces actuó con él.
Me habría gustado conocer a Leovigildo Sotolongo, Leo Soto. Tenía fe, y tenía también una virtud muy rara: gratitud.
¡Hasta mañana!..