A mí no me causa pesadumbre, como a los poetas románticos, la caída de las hojas en otoño.
No me entristezco al verlas despedirse de la rama. Sucede que cierto día miré una hoja en el suelo. Pasó el otoño; el invierno pasó, y llegó la primavera. Observé en el árbol una nueva hoja, pintada con el verde tierno de lo que comienza. Me vio esa hoja y me dijo: "Hola. ¿Me recuerdas?".
Las hojas mueren sólo para nacer de nuevo. Igual sucede con todos los seres y la cosas que forman la infinitud del universo. Quizá tal sea el verdadero sentido de la frase "No hay nada nuevo bajo el sol". Todo lo que está ha estado ya, y al paso de los tiempos estará otra vez.
Quizás un día la hoja me mirará caer a mí. Pero me llegará una nueva vida, y entonces yo le diré a ella: "Hola. ¿Me recuerdas?".
¡Hasta mañana!..