Llega el viajero al Hotel Brown's, en Londres, y luego de registrarse pide que le muestren un lugar tranquilo, pues debe escribir su artículo para mañana.
El concierge lo lleva a una pequeña sala donde hay un escritorio que tiene la cubierta de cerezo. "Aquí hizo Kipling algunos de sus cuentos" -dice el hombre.
El viajero se pone a escribir. En eso siente un raro malestar que nunca había sentido: el pulso se le agita; todo le da vueltas; siente que se va a desmayar. Sale de ahí y se dirige al bar. Un whisky doble lo vuelve a sus sentidos.
Poco después se topa con el concierge. "¿Le gustó el escritorio? -pregunta éste-. Lo usó Rudyard Kipling, ya le dije. Lo que se me olvidó añadir es que el señor Kipling cayó muerto sobre él cuando estaba escribiendo".
El viajero pasa unos días más en el Hotel Brown's, de Londres, pero ya no se acerca al escritorio.
¡Hasta mañana!..