El 1, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8 y el 9, le dijeron al cero que no podía juntarse con ellos, pues no valía nada.
El cero, entonces, se alejó muy triste.
Pero sin él no pudo ser el 10.
Tampoco pudieron ser el 200, el 3,000, el 40,000, el 500,000, el 6.000,000, el 70.000,000, el 800.000,000, el 9.000,000,000, etcétera.
Entonces el 1, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8 y el 9, llamaron al cero y le pidieron perdón. Le rogaron que se juntara con ellos, porque sin él no valían nada.
Este cuento tiene una moraleja: muchas veces el que parece valer menos es el que vale más. Cuidado, pues, con el cero.
¡Hasta mañana!..