Son, en verdad, héroes civiles.
Gracias a ellos no ha habido en México una conflagración social.
Siento por ellos admiración y respeto. Sé de la discriminación que sufren; de las duras jornadas que trabajan; del acoso constante de que son objeto en el país al que tuvieron que ir para ganar la vida.
Me conmueve su regreso en estos días. Vienen cargados de regalos, ansiosos de ver a sus seres queridos, que con igual anhelo esperan su llegada. Pero a su paso los asaltan jenízaros innobles que les quitan el dinero ganado con tanto esfuerzo y tantos sacrificios.
Las autoridades locales deben frenar esos abusos, y castigar severamente a quienes en modo tan ruin agreden a estos mexicanos. Los migrantes tienen miedo ya de venir a su Patria, porque no encuentran aquí la protección y ayuda que merecen a cambio de todo lo bueno que ellos traen.
No permitamos esta ilegalidad. Debemos ser dignos de nuestros paisanos.
¡Hasta mañana!..
