La verdad es que el Génesis no dice toda la verdad. Relata, sí, la historia del arco iris: el Señor lo hizo lucir sobre la bóveda celeste en señal de paz y alianza con los hombres. Pero la narración oculta el hecho de que el arco iris no es verdaderamente un arco: es un círculo entero. Quiero decir que no está en el cielo nada más: se prolonga por abajo de la tierra hasta formar un círculo perfecto.
Quiero decir que también hay arco iris para las mil y mil criaturas subterráneas: para los topos; para los gusanitos; para los pequeños reptiles que viven en madrigueras soterradas; para las hormigas que nunca ven la luz del sol. Y hay arco iris también para los muertos que bajo la tierra sueñan el sueño de la muerte después de haber soñado el sueño de la vida.
A todas sus criaturas, vivas y muertas, les da Dios el precioso arco iris de su paz.
¡Hasta mañana!..