EL PROBLEMA Del crimen organizado y el narcotráfico no es otra cosa que la consecuencia de la existencia de una población adicta. Esto que podría parecer una perogrullada, no lo es tanto y por múltiples y varias razones, que desgraciadamente no han sido tomadas en cuenta en la política que el presidente Felipe Calderón aplica en la guerra que desató en contra del narcotráfico.
LO PRIMERO QUE Deberíamos asumir como una realidad objetiva, que ahí está y a la vista de todos es: que existen cientos de miles de consumidores de drogas en este país.
SI EL GOBIERNO Federal por medio de los "piñatazos" que viene instrumentando a lo largo y ancho del país lograra sujetar a juicio al cien por ciento de los cárteles y de jefes, (cosa que no podrá lograr jamás) el mismo día aparecerían otros cárteles y otros capos que vendrían a sustituir a los procesados y sentenciados capos detenidos.
EL PROBLEMA DEL NACOTRÁFICO Tal y como lo ha venido atacando el Estado es solamente una de sus puntas del problema: el del tráfico, producción y venta de estupefacientes.
LA OTRA PUNTA Son los millones de mexicanos ahora adictos a los narcóticos, drogas y estupefacientes, que los necesitan y que por lo mismo demandan esa mercancía para su consumo. Esos millones de mexicanos que demandan la droga son los que sostienen y pagan el crimen organizado. Pues son a quienes les surten y satisfacen su demanda. Es por ello que la Ley económica universal de que: "Si hay demanda habrá oferta" es aplicable de manera muy puntual a este problema que enfrenta el Gobierno de Calderón y el país en su conjunto.
DE AHÍ QUE SI QUEREMOS Ser realistas, la solución al problema del narcotráfico por los medios o métodos adoptados hasta el día de hoy, no son ni los más correctos ni los más eficaces, y así, este asunto no se podrá corregir nunca.
POR DESGRACIA ESTA Política del Gobierno Federal, entre otras muchas consecuencias, ha traído la violación constante de los derechos humanos de los ciudadanos mexicanos, fenómeno que ya ha sido reprobado de manera muy directa por la ONU, la Comisión de Derechos Humanos tanto la Nacional como la del Distrito Federal, por múltiples organizaciones de derechos humanos y organizaciones civiles y hasta por el Episcopado Mexicano quienes han venido señalando estas violaciones.
COMO PODRÁN Ver mis lectores las cosas no van bien ni por el camino correcto. Es por ello que tenemos muy pocas esperanzas de que esta guerra termine y mucho menos que dé los resultados que se buscaron.
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