EL PRESIDENTE CALDERÓN Propuso al Congreso una serie de diez reformas que inciden exclusivamente en lo que se conoce como la Reforma del Estado y que en su parte fundamental son como sigue: Propone las candidaturas independientes (ciudadana) para cualquier cargo y también la iniciativa para que ciudadano pueda proponer propuestas legislativas.
EL AUMENTO Del 2 al 4 por ciento como votación mínima para que los partidos conserven su registro. La iniciativa para que la Suprema Corte de Justicia pueda presentar propuestas legislativas en materia propia de sus funciones; la reelección de diputados, senadores, gobernadores, diputados locales y presidente municipales hasta por 12 años; la reducción de los miembros del Congreso; los diputados de 500 a 300 uninominales y de 200 a 100 los plurinominales. En el Senado de 128 a 96 representantes.
PROPONE LA SEGUNDA Vuelta electoral para las elecciones de presidente de la república cuando los márgenes de triunfo de uno de los candidatos sea mínima sobre su más cercano seguidor.
COMO SE PUEDE VER, Se trata casi en su totalidad, de la misma propuesta de Reforma del Estado que ha venido propugnando en todos los foros mi buen amigo y compañero universitario Porfirio Muñoz Ledo.
POR SU PARTE Francisco Rojas, líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados declaró: Que hay de prioridades a prioridades y que en nuestros días es mucho más urgente una Reforma Fiscal e instrumentar una política económica que permita al país salir de la crisis y lograr un crecimiento real para la creación de nuevos empleos y la recuperación de los perdidos. En este punto el presidente Calderón no ha hacho nada.
LA VERDAD Es que es muy fácil jugar con la estructura o aparato del Estado proponiendo reformas constitucionales por aquí y por allá. Parecería que retornamos nuevamente a la idea que son las instituciones las que no funcionan y que por tal motivo debemos cambiarlas. Las instituciones mal que bien funcionan, los que no funcionan son los hombres que las operan y representan. Seguimos creyendo que cambiando las leyes o los reglamentos mejoraremos la aplicación de la justicia, cuando son precisamente los que la aplican, los que no hacen correctamente su trabajo.
NUESTROS PROBLEMAS No son las instituciones: son los hombres. Si aplicáramos las leyes vigentes en sus términos, el país funcionaría y muy bien, pero no es cambiándolas como podremos avanzar.
PODRÍAMOS DISEÑAR Constitucionalmente el Estado perfecto, pero los hombres fallarían de nuevo. Debemos primero cambiar nosotros para bien, y automáticamente México cambiará también para bien.
POR MÁS Que se arregle el reloj, si no tiene pilas no funcionará.