I.- CARLOS FUENTES O MÉXICO COMO IRAK II.- EL CLERO POLÍTICO
I.- DON CARLOS FUENTES una de las mentes más lúcidas y calificadas de México y Latinoamérica desde el Salón del Libro en París, trató de minimizar la violencia que padece nuestra nación con motivo del crimen organizado y del desorganizado también. El autor de la Región más Transparente, Aura y decenas de obras literarias muy importantes, trató de equiparar la violencia que reina en Irak con la violencia que sufrimos aquí en México.
Con el respeto que merece el gran escritor y ensayista, sería muy conveniente aclarar: primero, nosotros no somos Irak; Segundo, no hemos sido invadidos hasta ahora por ninguna potencia extranjera. Tercero, la violencia que se genera en Irak tiene su origen en causas muy diferentes a las que generan la violencia en México. Allá, los iraquíes y sus diferentes grupos de resistencias están enfrascados en una guerra de insurgencia para sacar a las fuerzas invasoras de su territorio, lo que origina muertes en ambos lados. Aquí, los muertos son producto de una desalmada guerra por el mercado de estupefacientes, su producción, transporte y comercialización. En Irak, el pueblo está luchando contra fuerzas extranjeras invasoras venidas de muchas naciones (especialmente las de los Estados Unidos), que han ocupado su territorio. En México, la lucha es sostenida por un grupo de nacionales contra los propios nacionales, en contra del Estado mexicano y de sus gobiernos a los tres niveles.
De donde la comparación que hizo Don Carlos Fuentes en París de México con Irak me parece desafortunada. Y es que para llegar a resolver un problema, lo primero que tenemos que hacer es reconocerlo y si no se quiere reconocer, ninguna acción que se haga servirá para remediarlo.
II.- LA ARQUIDIÓCESIS DE MÉXICO A través de su revista semanal, órgano oficial de la Iglesia Católica Apostólica y Romana en México, se tiró ruda y a fondo el pasado domingo cuando en sus páginas hizo enérgico exhorto a los ciudadanos electores para los próximos comicios de diputados federales, pidiéndoles que den un voto de castigo a todos aquellos políticos y legisladores que se opongan al proyecto de Ley que presentó el PAN en la Cámara de Diputados y se penalice realmente a los delincuentes, con el llamado principio jurídico de "Extinción del Dominio".
El exordio del órgano clerical fue enfocado directamente en contra de los diputados priistas, que estando de acuerdo en lo general con el proyecto, han considerado necesario darle algunos toquecitos antes de su aprobación, pero sin que se pierda "La Extinción del Dominio" punto fundamental en que todos están muy de acuerdo.
Este incidente es uno de tantos que el clero ha venido provocando, desde que las leyes de Reforma inspiradas por Don Benito Juárez, y la Constitución de 1917 promovida por Don Venustiano Carranza, fueron barridas de un plumazo por Carlos Salinas de Gortari.
La verdad no podemos imaginarnos al mártir del Gólgota, vestido con una pobre y raída túnica y descalzo sentando muy tranquilo en el Monte Sinaí, dictándole a uno de sus apóstoles un encendido texto evangélico para que el pueblo judío, enfrente la política del César romano o la de Poncio Pilatos gobernante de Galilea.
Y es que a nuestra Iglesia ya se le olvidaron algunos de los principios fundamentales establecidos por el fundador del cristianismo y que podemos leer en los evangelios del Nuevo Testamento: "Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios". Y otro también muy bueno: "Mi reino no es de este mundo".
Pero nuestros jerarcas católicos siguen insistiendo en que los asuntos del César también son asuntos de su personal incumbencia, y que su reino sí es de este mundo no del mundo del más allá. Alguien se está equivocando, y con toda seguridad no es Jesús Cristo.
"Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros". San Agustín (354-430) religioso y escritor místico español.
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