Fieles católicos llegan a pie o en autos provenientes de muchos rincones de la entidad con el estandarte de la Virgen de Guadalupe hasta su altar, que se erige en el templo de la parroquia de Guadalupe, en esta ciudad.
Fieles católicos llegan a pie o en autos provenientes de muchos rincones de la entidad con el estandarte de la Virgen de Guadalupe hasta su altar, que se erige en el templo de la parroquia de Guadalupe, en esta ciudad.
Las personas, entre ellas con capacidades diferentes, inician su recorrido desde comunidades indígenas, ciudades, plazas o centros de trabajo, viajan muchos kilómetros con fervor guadalupano, lo mismo aquellos que vienen de la frontera, como del centro, norte y selva.
Por la paz de Chiapas y del mundo, por la salud de las familias de la comunidad, por el bienestar de los católicos, son algunas de las intenciones por las que los fieles iniciaron las carreras.
Con la "antorcha guadalupana" corren con orgullo, pero con una gran fe, dice Martín Pérez Ruiz, diácono permanente en la cabecera municipal de San Juan Cancuc, municipio de la etnia tzeltal.
Las caminatas llegan a los principales templos de la guadalupana, en la capital del estado y en San Cristóbal de Las Casas, aunque también lo hacen hacia una ermita de la virgen que se construye a un costado de lo que fue el templo de San Sebastián, en Chiapa de Corzo.
Oran, cantan, gritan, corren y se sientan a descansar por las veredas, caminos de terracería y carreteras, siempre con el estandarte por delante, con precauciones porque en otros años ha habido atropellados y volcaduras de vehículos de peregrinos.
Faltan cinco días de peregrinaciones, la caminata más grande que ingresaría a la capital del estado seria la que provendría de los municipios de Villaflores y Suchiapa, los caminantes tardarán tres días en llegar al templo de la guadalupana.
Organizados en tres pequeñas camionetas, 37 indígenas ataviados con su vestimenta tradicional se encomiendan a San Juan Diego y a la Virgen de Guadalupe para que les vaya bien en el trayecto, y es Martín quien encabeza la oración para luego dar la indicación de partir.
Para el arzobispo de la Provincia Eclesiástica de Chiapas, Rogelio Cabrera López, las peregrinaciones tienen un gran significado, es necesario caminar en la tierra y nos tenemos que preparar, santificando nuestra vida con nuestro ejemplo, fortalecer nuestros principios y valores para enfrentar cualquier tipo de crisis.
A los pies de la morenita se ha colocado un majestuoso altar adornado con flores multicolores, en los que destacan rosas de color rojo y blanco, a donde ancianos con bastón llegan con una misión, a dar gracias y a pedir nuevos favores a la imagen.
Algunos llorando, otros con los pies lastimados luego de varios días de camino; al final ha valido la pena, llegar frente a la imagen y aunque no la pueden ni siquiera tocar, expresan su emoción y alegría por arrodillarse frente a ella.
Por su parte, Marco Antonio Fájer, párroco de la Iglesia de Guadalupe, manifestó que el país está en una situación de descomposición económica, social, moral y en el que también el aspecto religioso sale raspado, por lo que hay crear las condiciones para suscitar la esperanza.
No obstante, dijo, la fiesta de Guadalupe ayuda a la preparación y de la visión en el que el ser supremo reine con justicia y derecho en este momento.
Pidió dar prioridad a la reflexión, la meditación de la palabra y dar la oportunidad para recuperar algunas expresiones religiosas que ayuden a encontrarse con Dios, para ello, dijo, hay que crear un ambiente propicio para escucharlo.
Detalló que se esperan de 900 a mil peregrinaciones, aunque puede ascender, debido a que hay otras que no se registran en el libro grande; 'las cuestiones de números no nos importa, lo que nos importa es que las personas se encuentren aquí para celebrar a María'.