En un acto de total negligencia un pequeño bebé de 9 meses perdió la vida ayer de la forma más absurda cuando su propio padre lo olvidó por más de 7 horas en su vehículo.
Jamás lo llevó
El hombre que responde al nombre de Héctor Guillermo Maldonado de 32 años, salió la mañana de ayer rumbo a su trabajo y tenía como todos los días que dejar al bebé en el Instituto Faro ubicado en el bulevar Isidro López Zertuche, sin embargo el hombre que trabaja en el Juzgado Letrado, a unas cuadras del lugar, olvidó inexplicablemente llegar a dejar al niño en la Guardería. Entró a trabajar y fue hasta las 3:30 horas que salió y fue al instituto supuestamente por su bebé hasta que las trabajadoras del lugar le indicaron que el niño nunca ingresó fue que el distraído padre recordó que el niño estaba en el auto, al buscarlo vio que el bebé de nombre Santiago Maldonado Torre de 9 meses de edad ya no presentaba signos vitales al fallecer presuntamente por asfixia o deshidratación tras permanecer más de 7 horas encerrado, sin oxígeno, arropado con cobijas y ante una temperatura superior a los 30 grados centígrados.
Al creer que el niño aún vivía pidió ayuda a los cuerpos de auxilio, al lugar llegaron paramédicos de Bomberos donde Luis Manuel Carisosa se dio cuenta que el niño ya estaba sin vida, en ese intante se solicitó la presencia de los elementos de la Fiscalia General del Estado para dar fe de los lamentables hechos.
Minutos más tarde según testigos llegó la madre del infante de nombre Roxana Torre Medina.
Everardo Rosales, fiscal en turno tomó conocimiento. Hasta anoche se desconocía la situación jurídica del padre, sólo se dijo que investigarían el caso.
Tristeza
El maestro Eliseo Ruiz salió a hablar con los medios de comunicación y aseguró que estaba consternado al igual que el personal de la guardería por lo ocurrido y aseguró que el pequeño Santiago Maldonado no fue llevado a la estancia infantil ayer por la mañana. Padres de familia acudieron al Instituto Faro por sus niños al ver que el lugar estaba rodeado de policías se asustaron por la movilización, pues temieron por la vida de sus niños pero estaban a salvo.
