Al menos 16 personas murieron ayer en dos atentados suicidas contra las fuerzas de seguridad perpetrados en Pakistán, uno de ellos en Islamabad, ambos precedidos de un nuevo ataque con misiles de EU en las áreas tribales.
En la capital paquistaní, un suicida acabó con la vida de ocho miembros de las fuerzas paramilitares e hirió a otros cuatro al hacer estallar la carga explosiva que portaba en las inmediaciones de un puesto de control situado en una céntrica avenida.
Este ataque, que tuvo lugar a última hora de la tarde, estuvo precedido de otro atentado suicida por la mañana, en el que un hombre intentó empotrar un vehículo cargado de explosivos contra un convoy de las fuerzas de seguridad en la conflictiva demarcación tribal de Waziristán del Norte, en la frontera con Afganistán.
En la acción fallecieron al menos ocho personas, siete de ellas civiles, incluidos dos niños, mientras que otras 39 sufrieron heridas.
Las autoridades condenaron las acciones terroristas y ordenaron abrir investigaciones. Aunque nadie reivindicó los ataques.