ALERTA MÁXIMA Policías Federales resguardan el penal de Ciudad Juárez, donde ayer se registró un enfrentamiento entre pandillas que dejó un saldo de 20 muertos y siete heridos.
Pelea entre bandas rivales fue por el control de la cárcel.
CIUDAD JUAREZ, CHIHUAHUA.- Una riña entre pandillas en un penal de Ciudad Juárez, concluyó con un saldo de 20 muertos y siete heridos. Este hecho volvió a teñir de luto esa ciudad, donde la violencia no cesa pese a la llegada de miles de soldados y policías para luchar contra el crimen organizado.
La tensa calma que experimentó Juárez en los últimos tres días, durante los cuales según las autoridades no se produjeron muertes por la acción del crimen organizado, se quebró cuando los integrantes de tres pandillas se enfrentaron a muerte en uno de los patios de la cárcel.
La batalla campal que comenzó a las 7:00 de la mañana y fue reprimida tres horas después por las fuerzas de seguridad, se produjo en coincidencia con la llegada de tres mil militares y mil policías federales a la localidad, para reforzar la seguridad.
Diecisiete reos fallecieron en el interior del penal estatal, localizado en el kilómetro 33 de la carretera que une a las urbes de Chihuahua y Ciudad Juárez, y tres más murieron en el Hospital General, al que fueron trasladados también los siete lesionados.
Uno de los heridos fue ingresado al quirófano en estado grave, mientras que los otros se encontraban fuera de peligro.
Víctor Valencia de los Santos, representante del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, en Ciudad Juárez, y Óscar Hermosillo, director de Prisiones Estatales, comentaron en rueda de prensa que la masacre ocurrió cuando miembros de varias pandillas se atacaron de improviso.
Según el director del penal, César Martínez, todo inició cuando los integrantes de la pandilla denominada Los Aztecas agredieron a sus rivales de las bandas de Los Mexicles y de Los Artistas Asesinos (AA), lo que desencadenó una brutal matanza, el primer incidente violento registrado en ese reclusorio desde que fue creado hace 4 años.
Martínez basó sus conclusiones en el hecho de que todos los muertos pertenecían a las últimas dos bandas, y detalló que durante el ataque por lo menos se utilizó un arma hechiza, al parecer una escopeta.
Según el testimonio de un recluso a un canal de televisión local, algunos prisioneros perdieron la vida al ser lanzados por sus rivales desde el segundo piso del edificio, aprovechando que estaban heridos y no se podían defender.
La trifulca concluyó con la intervención de decenas de soldados, que entraron al centro descolgándose con cuerdas desde dos helicópteros, y de policías antidisturbios que lanzaron gases lacrimógenos.
En las inmediaciones del lugar fueron apostados unos 200 soldados, unos 100 policías federales y 150 agentes estatales y municipales para evitar fugas del recinto carcelario.
Los Mexicles, Los AA y Los Aztecas son bandas criminales que en ocasiones anteriores se han enfrentado por la comercialización de droga y de armas dentro del centro penitenciario, por lo que se presume que ésa pudo ser la razón que desencadenó la masacre.