Tragedia. La presa de Situgintung en Ciputat, Indonesia, se rompió en la madrugada de ayer, dejando un saldo de al menos 58 muertos y decenas de desaparecidos.
AP
CIRENDEU, Indonesia.- Por lo menos 58 personas murieron ayer al desplomarse un dique de la era colonial en las afueras de la capital.
Al ceder el dique, un muro de agua lodosa se precipitó sobre un barrio densamente poblado y sumergió centenares de viviendas.
Además de los muertos había numerosos desaparecidos. Los rescatistas usaron balsas de goma para extraer cadáveres de las calles que quedaron transformadas en ríos llenos de motocicletas, sillas y escombros de todo tipo. Las autoridades pronosticaron que la cifra de víctimas aumentará y enviaron al lugar más de cien bolsas para restos humanos.
"Estoy desconsolado", se lamentó Cholik, de 21 años, mientras lloraba junto al cadáver de su madre de 54 años. Su cuñado también murió y su sobrina de un año de edad estaba desaparecida. "No estuve en casa anoche... Debí haber estado allí para salvarlos".
El dique de terraplén, construido en 1933 cuando Indonesia todavía estaba bajo el régimen holandés, rodeaba un lago artificial en Cirendeu, al Sudoeste de Yakarta. Se desplomó poco después de las 2 de la mañana cuando la mayoría de los residentes dormía y arrojó 2 millones de metros cúbicos de agua sobre las casas para vaciar prácticamente el lago. Varios sobrevivientes dijeron haber sentido como un "minimaremoto".
El nivel del agua era tan elevado en algunos sitios que la gente aguardaba a los rescatistas sobre los techos. Las líneas del teléfono se cayeron y los automóviles fueron arrastrados, en algunos casos cientos de metros.
A media tarde, cientos de sobrevivientes se congregaron en la cercana Universidad de Muhammadiyah, en la cual se improvisó una morgue. Muchos lloraban desconsolados mientras soldados y policías traían los cadáveres.
Cecep Rahman, de 63 años, perdió a su esposa, hijo, nuera y nieta en el desastre.
"Oí un ruido estruendoso y miré por la ventana", dijo emocionado. "La marea era tremenda, como una tsunami. Se los llevó... No pude hacer nada".
El titular del Centro de Crisis del ministerio de salud, Rustam Pakaya, y rescatistas dijeron que por lo menos hubo 58 muertos y más de 400 casas sumergidas, algunas hasta en tres metros de profundidad.
Una niña de 9 años fue hallada inconsciente sobre un techo cuando empezó a bajar el agua, pero murió camino del hospital, dijo el rescatista Toni Suhartono. Agregó que los padres y la hermana de la niña están entre docenas de desaparecidos.
La poderosa marejada arrastró algunos cuerpos varios kilómetros, arrancó árboles de cuajo y demolió completamente muchas casas, de las que sólo quedaron los cimientos.