El semblante de Alejandro Irarragori, presidente de Santos Laguna, era la mañana de ayer en Santa Rita, de una tristeza profunda. Al hablar de la separación de Daniel Guzmán como técnico albiverde a quien consideraba uno de los grandes que habían estado en el conjunto lagunero, salvándolo del descenso y llevándolo a la conquista del tercer campeonato, parecía no dar mayores datos sobre las causas de tal separación, pero con sus mismas palabras, y en forma textual, decía: Nadie está por arriba de las instituciones. Con ello daba a entender que la decisión era firme y no estaba tomada con ligereza, sino muy bien sopesada.
Es cierto, Daniel llegó y tuvo muchas noches de desvelo y mucho trabajo buscando los caminos para salvar al Santos de un descenso inminente, lo que no habían logrado varios timoneles, entre ellos el mismo Benjamín Galindo y Wilson Graneolatti entre otros. Una nueva directiva encabezada por Alejandro Irarragori le puso al "Travieso" Guzmán todos los medios para lograr el objetivo, haciendo contrataciones impensadas, entre otras como la de Oswaldo Sánchez y Daniel Ludueña. Así Santos se pudo salvar y luego siguió otra etapa de ensueño cuando el equipo de la Comarca logró su tercera corona.
Después de ambas hazañas, Daniel empezó a mostrar, cada vez con más generosidad su otra cara, la que tenía guardada para otras ocasiones y que ya había mostrado aquí el 10 de septiembre de 2002, cuando dirigiendo a las Chivas Rayadas del Guadalajara vino al Corona donde Santos le recetó un elocuente 4-2 con 3 goles de Jared Borgetti, el primero apenas transcurrido un minuto de juego cuando Rodrigo Ruiz mandó pase que el de Culiacancito Sinaloa prolongó hacia un Oswaldo Sánchez que nada pudo hacer.
La gente empezó a meterse con Daniel, a quien no le perdonaban que hubiera dejado pronto a Santos después de su breve aventura santista bajo el mando de Pedro García en la temporada 1993- 1994, cuando disputó su primera final ante Tecos. Daniel enojado salió de la banca a contestar los insultos.
Conforme fue pasando el tiempo, después de salvar al equipo y llevarlo al campeonato, Daniel empezó a tener algunos desatinos haciendo cambios y perdiendo partidos, así que la afición fue metiéndose cada vez más en contra de él, pero ya en este Clausura 2009 las cosas fueron a mayores pues el estratega y parte de su cuerpo técnico no aceptaron las críticas y en la tribuna la gente fue aumentando sus insultos a grado de volverse incontrolables.
Daniel no pudo ocultar su soberbia ni su verdadera personalidad al no aceptar la crítica ni los reclamos de la afición. Esto trajo muchos problemas a una directiva joven encabezada por Alejandro Irarragori que siempre lo apoyó y lo tenía en planes para muchos mañanas, pero el mismo Daniel y parte de su equipo hicieron lo que sabían y solitos fueron diciéndole adiós a una oportunidad que pocas veces se da en nuestro futbol.
La joven directiva ha aprendido mucho de esta aventura, hoy sabe que con los empleados, cualquiera que sea su categoría, hay que exigirle buenos resultados, pues la afición apoya sin condiciones, solamente quiere jugadores que se entreguen al máximo, como verdaderos guerreros, y gente capaz al frente, que sepa respetar al prójimo sin actitudes de soberbia y prepotencia.
La afición lagunera no es mal agradecida, hoy, que ha terminado el ciclo de Guzmán Castañeda, se podrán reconocer las puntos buenos que se obtuvieron y sería justo poner las cosas en paz, dándole un aplauso y con ello un agradecimiento a Daniel Guzmán y su equipo por el salvamento y el título. Daniel ha tenido además la lección más importante de su vida, para nunca más menospreciar a nadie ni insultar a diestra y siniestra. Su carrera debe seguir porque ha ayudado a varios equipos a salvarse del descenso y nunca es tarde para rectificar y volver a la senda del triunfo, es joven y en otro equipo podrá seguir su carrera ojalá aprovechando las tantas enseñanzas que aquí obtuvo.
