Tiroteo. Miembros del Departamento de Policía de Orlando hablan, a las afueras del edificio de Legions Place de Orlando, Florida, donde un hombre abrió fuego y dejó al menos un muerto y cinco personas heridas. Vigilancia. Miembros del quipo SWAT del Departamento de Policía de Orlando a las afueras del edificio de Legions Place de Orlando. EFE
El abogado de Jason Rodríguez asegura que su cliente está enfermo.
El juez Walter Komanski negó en una audiencia la libertad condicional a Jason Rodríguez, acusado de matar a una persona y herir a cinco este viernes en unas oficinas de Orlando, Florida, en Estados Unidos.
Se trató de la primera comparecencia de Rodríguez, de 40 años, ante un tribunal, y en ella Komanski determinó que había pruebas suficientes para su encarcelamiento, bajo cargo de asesinato.
Tras la comparecencia, que duró solo unos minutos, el abogado de oficio de Rodríguez, Robert Wesley, dijo a la prensa que su cliente está "muy, muy enfermo".
"Este tipo reúne la primera página de todo un año: desempleo, desahucio, bancarrota, divorcio, todos los elementos de estrés", afirmó.
Su ex suegra, America Holloway, ha indicado que Rodríguez sufre de esquizofrenia y que cuando no toma fármacos para paliarla se vuelve paranoico.
Según la Policía, Rodríguez entró en las oficinas de Reynolds, Smith and Hills, una compañía de ingeniería y arquitectura de la que había sido despedido en 2007, y abrió fuego en la recepción y en un área donde trabajaban varias personas.
Rodríguez, que se licenció en Ingeniería en la Universidad Politécnica de Puerto Rico, fue arrestado posteriormente en el apartamento de su madre.
"Dejaron que me pudriera", señaló al ser preguntado por un periodista de televisión por qué lo había hecho, cuando era sacado del apartamento por la Policía.
Tras ser despedido de Reynolds, Smith and Hills por llevar a cabo un mal trabajo, estuvo empleado durante cuatro meses en el Departamento de Obras Públicas del Condado de Orange como inspector de ingeniería, pero también fue despedido.
Su último empleo fue en una tienda de bocadillos de la cadena Subway, según la Policía.
Su situación económica fue empeorando y Jason Rodríguez, divorciado y con dos hijos, tuvo que declararse en bancarrota en mayo.