'¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?'

El recorrido para llegar hasta los pies de la Virgen de Nuestra Señora de Guadalupe no es tan largo si se considera ir caminando a paso tranquilo, mientras se disfruta de la algarabía de la tradicional romería. Para todos los visitantes de la Morenita, es un gozo ir a saludarla en su día, llevarle flores y veladoras en agradecimiento por los favores recibidos durante el año.

La distancia no es mucha, sobre todo si se trata de pagar una manda a la Virgen; el tramo resulta hasta corto con tal de demostrarle a la madre de todos los mexicanos cuánto se le quiere y lo mucho que se tiene en disposición por agradarle.

Así lo piensa don Ricardo Álvarez, quien luego de que su pequeño hijo presentara por segunda ocasión una fuerte temperatura al grado de convulsionar y permanecer internado en el hospital, lo único que vio como viable fue rogarle a la Virgen de Guadalupe por la sanación de su niño.

"Parte de mi manda es por agradecimiento de que mi hijo ya está bien, y la otra cosa fue que estuve detenido a causa de un accidente de tránsito, en donde la otra parte me culpó y por poco me enviaban al Cereso; después del choque, yo le pedía a la Virgen que me ayudara a salir de ahí y no me enviaran a la cárcel", dijo.

Luego de recibir su ayuda, don Ricardo se tendría que "ponerse bien" y pagar su deuda, "es tanta la devoción que le tengo que hasta la venero en mi domicilio, yo casi no vengo para acá, pero lo hacemos en nuestra casa".

 DURANTE EL TRAYECTO

El sudor corría por su rostro, pero no se doblegaba, no lo podía hacer porque además de ser apoyado por su esposa e hijas mayores, su chiquito, por quien hizo la promesa a la Virgen, lo acompañaba a su lado, tomándole la mano como si lo quisiera consolar.

"Ha estado pesado, pero no me siento cansado, voy a llegar hasta dentro donde está ella y le voy a poner su veladora, no me canso de agradecerle y me siento feliz de pagarle su manda", concluyó, mientras se acercaba a las escalinatas del atrio, justo antes de culminar su penar.

 AGRADECIMIENTOS Y PETICIONES

Filas inmensas por salir y entrar a los dos santuarios de la Virgen de Guadalupe; unos prefieren la amplitud, otros la tradición, pero todos intentan acercarse lo más posible para hacerle un agradecimiento o pedir un favor, verla de "cerquita", orar, rezar, cantar...

Las misas, casi a cada hora, repletas de feligreses que participaron en la eucaristía, de la fiesta que une a los hijos a una madre, a quien le agradecen su amor y bondad.

Para demostrarlo, Rosa Lourdes Hernández Rangel llevó a su segundo hijo vestido como Juan Diego. El bebé, Marco Lizandro, dormido en sus brazos portaba su traje indígena con la figura guadalupana al frente.

"Cuando mi chiquito nació no respiró de inmediato, porque se me estaba pasando el parto, se lo llevaron de inmediato para atenderlo, y en ese momento pensé en la Virgen, le pedí por mi hijo y le prometí que de restablecerse lo traería en su día, para agradecerle el milagro de su vida, pero además lo vestiría como Juan Diego, platicó.

Su semblante de tranquilidad confirmaba que recién había estado con la Virgen, a quien le dijo "gracias por devolvérmelo" y su felicidad sólo denotaba que fue escuchada, que sus comentarios sí tuvieron respuesta.

 FIESTA Y COLOR

Intenciones de todo tipo se vivieron en la explanada del Santuario de la Virgen de Guadalupe, los que buscan adquirir algún producto para el hogar, ropa que proteja del frío como guantes y gorros, surtir la despensa de casa, como frutas de temporada, aquellos que aprovechan la buena fe de los creyentes para pedir limosna o en favor de alguna institución, o simplemente tener un lugar para pasarla con la familia y comer algún antojito.

Pero todos perciben el símbolo de la fiesta, entre danzantes con su variedad de atuendos y colores, unos en azul,café, naranja, amarillos, con penachos y sin ellos, con sonajas y tambores y los más modernos con instrumentos musicales.

Entre devotos dispuestos a agradar a la Virgen, a pesar de las heridas en las rodillas, entre discapacitados que son más vulnerables ante la aglomeración de cientos de personas que sí caminan por su propio pie, incluso ente los turistas que con cámaras fotográficas y de video vislumbran todo el color de la celebración.

Aun así, hacia el fondo del primero y el segundo Santuario se encuentra la imagen de la Virgen de Guadalupe, esperando como cualquier madre a sus hijos, rogando para que vayan por un buen camino, que vivan con bienestar y salud, y repitiendo: "¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre".

 MARIÁN DE JESÚS SOTO

Docente y danzante

 JUAN MANUEL IBARRA

Tamborero

 EVANGELINA HERNÁNDEZ

Ama de casa

Invitan a los donativos

Todavía falta mucho para la conclusión de obras del nuevo Santuario de Guadalupe. El presbítero Manuel Ramírez Retana, vicario cooperador de la nueva Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, informó que sí se hicieron muchos avances durante el año, pero al ser un edificio tan grande, parece que no se avanza.

La cornisa fue aumentada unos tres metros hacia arriba para unirla con la estructura y cerrar el edificio, pero cabe destacar que se realizó a triple ladrillo para acondicionarla al muro y hacerla más fuerte. También se habilitaron áreas de remodelación, jardines, barandales para evitar que se introduzcan personas a dañar el edificio, además de las escalinatas y oficinas del nuevo santuario.

Agregó que la siguiente acción que se pretende realizar es poner el firme de concreto en la plancha de terracería. Se requieren para ello 640 mil pesos para cubrir 600 metros cuadrados, por lo que se realiza una rifa de un coche compacto, en donde la cooperación del boleto es de 400 pesos, que es lo que equivale el metro cuadrado de firme instalado. "Si una persona ofrece su donativo, se le entrega su comprobante con su número foliado, el cual participará en la rifa del carro el próximo 10 de enero, y además sabrá que un metro cuadrado del firme del santuario habrá sido gracias a su aportación". Durante las misas se hizo extensiva la invitación para participar en la rifa.