El peso mexicano reaccionó con una mayor volatilidad a la decisión de la calificadora Standard & Poor's de cambiarle al país la perspectiva de estable a negativa que a la baja de 0.75 puntos porcentuales que presentó la tasa de interés, la cual alcanzó un nivel de 5.25%.
La moneda mexicana en operaciones al mayoreo finalizó la semana en un precio de 13.2440 pesos; comparado con las últimas operaciones de la sesión anterior (13.2245 pesos), representó un ajuste, una depreciación de 1.95 centavos, equivalente a 0.15%.
Sin embargo, cuando se le modificó la perspectiva a la deuda soberana de México, la paridad peso-dólar alcanzó un nivel de 13.390 pesos, luego de que un día anterior se encontraba en un valor de 13.0 pesos, es decir, de un día para otro experimentó una pérdida de 39.0 centavos, esto fue una disminución de 2.91%.
Los analistas del medio financiero dijeron que en estos momentos el peso mexicano responde más a eventos externos que a internos, como por ejemplo: el comportamiento de las variables fundamentales de la economía estadounidense, además de la entrada de flujos externos, sobre todo por concepto de entrada de remesas familiares e inversión de cartera y directa.
Por lo anterior, los especialistas esperan en los siguientes días un rango de fluctuación entre 13.0 y 13.50 pesos.
El peso mexicano sólo ha reaccionado ante el millonario préstamo que el Fondo Monetario Internacional realizó a México, después con la subasta de Swap que la Reserva Federal le garantizó al país.
Sin embargo, los últimos días el peso se ha mostrado vulnerable ante la contingencia sanitaria y las perspectivas del país en los próximos meses.