Para evitar conflictos emocionales en los niños no debe tomarse la figura de la familia tradicional como perfecta.
Conciencia
El hecho de considerar como modelo único la familia integrada por padre, madre e hijos puede ser causa de conflictos emocionales en los niños.
Durango. La promoción de la figura de la familia tradicional puede ser causa de conflictos emocionales en los niños, quienes además pueden ser objeto de escarnio por parte de sus compañeros de escuela, lo ideal es promover el amor y respeto entre los integrantes, ya que actualmente este núcleo ha sufrido algunas variantes.
Martha Palencia Núñez, titular del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango, dijo que actualmente en el país es marcada la transición de la familia biparental, es decir, la conformada por padre y madre, a la uniparental, compuesta por sólo uno de ellos y los hijos, o bien una de ambas figuras se sustituye por otro consanguíneo o alguna amistad.
Por lógica, la figura de la familia tradicional es la más óptima, pero hay que entender la realidad, pues no todo mundo tiene a su padre o madre, un hogar o un trabajo, por lo que este núcleo tiene algunas variantes.
Cambio común.
Cada vez son más comunes los papás y mamás solteros, por lo que se ha insistido junto con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y los maestros para ser más cautelosos en el manejo de la figura tradicional de la familia, ya que a veces hay quienes piden a los niños un dibujo del padre, cuando ni siquiera lo conocen.
Eso daña psicológicamente a los niños sobremanera, por lo que resulta elemental hacer hincapié, sí en la unidad familiar, pero no haciendo referencia a la figura tradicional, sino en un esquema en el que sus integrantes tengan amor para compartir.
En este sentido, es probable que en ocasiones se tenga como padre al abuelo, un tío o hermano, quienes pueden cumplir bien su rol como tutores de los menores, pues el hecho de no tener el respaldo de la figura tradicional no debe desmeritar al ser humano sobre todo hacer infeliz al niño con el sentimiento de no estar dentro de lo que la sociedad exige.
Hay también niños que no viven ni en su propia casa, sino con la abuela, con un tío, mientras que a la madre la ven después de varios días por motivos de trabajo y al padre ni lo conocen, lo que los hacen distar mucho de formar parte de una familia tradicional y hay que cuidarlos para no herirlos.
Y es que además, los niños tienen una etapa de crueldad que no tiene que ver con el hecho de que sean malos, sino que es un proceso por el que tiene que pasar, cuando cursan la escuela, por lo que en ocasiones molestan mucho a los compañeros que ellos creen son distintos, entre los que se pueden encontrar quienes no pertenecen a una familia tradicional.
Rol compartido.
Palencia Núñez abundó en que algo que no se debe olvidar en la conmemoración del Día de la Familia (mañana), es el hecho de que en la familia tradicional el padre, sólo por el hecho de ser proveedor, cree que está cumpliendo.
El paterfamilia trabaja mucho, tiene uno y otro negocio, mientras que le deja toda la responsabilidad de la educación y el afecto a la madre, cuando es necesario que estos papás, que en efecto son buenos, desde el momento en que se preocupan que no les falte a sus hijos un techo, abrigo y buena educación, aporten también la parte afectiva, que es insustituible.
Las mamás en ocasiones se desgastan por dar a sus hijos el afecto que no les proporciona el padre, pero el papá debe analizar cuánto tiempo de calidad les dedica, cuántas veces se sientan a platicar de sus cosas, de cómo se llaman sus maestros, problemas e inquietudes.
Es indudable que la madre es muy importante en la formación de los hijos, pero esa parte de la seguridad e impulso a lograr los proyectos de vida el padre tiene que inculcarlos, por lo que no basta ser excelente proveedor y pasar por alto la parte afectiva.
Violencia
La mala economía es detonante de muchos problemas de índole mental, entre ellos está la violencia, actualmente se vive una epidemia de violencia, no necesariamente porque hay muchos muertos, sino por la que se vive al interior de los hogares.
Martha Palencia Núñez, titular del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango, indicó que este problema repercute en los más débiles que son los niños y las mascotas, claro que este problema influye incluso en los divorcios, ya la gente ahora no se divorcia por falta de amor, sino por problemas económicos.
Como el económico, son muchos los factores que pueden debilitar el núcleo familiar, pero también hay suficientes motivos para buscar su fortalecimiento, agregó la entrevistada.