Examen. Los hondureños estaban bien de salud.
Tres indocumentados hondureños se vieron forzados a detener su camino hacia "el otro lado", debido al recrudecimiento del hambre y cansancio.
Los hombres, cuando ya no aguantaron más, acudieron a Cáritas para ser apoyados. La institución les brindó cobijo, pero también los reportó a migración. Así, Edwin Ricardo Arellano, de 18 años, Julio Smith Padilla, de 30, y José Ray Moreno, de 20, quedaron bajo custodia de Migración.
Los jóvenes, quienes fueron sometidos a exámenes médicos, resultaron bien de salud. En breve serán deportados.