Después de meditarlo por espacio de varios meses, el méxico-americano Óscar de la Hoya dijo adiós al boxeo profesional, convirtiéndose en uno de los máximos ídolos y referentes del boxeo mundial. Fue ejemplo para las nuevas generaciones en este deporte, sobre todo en nuestro país. El californiano, con orígenes duranguenses, al momento de tomar la difícil decisión se refugió en su esposa, la cantante puertorriqueña Millie Corretjer, con quien encontró estabilidad emocional en el momento cumbre de su carrera boxística. (Fotografías de AP y EFE)
El Golden Boy pone fin a una exitosa carrera boxística, dejando un hueco difícil de llenar.
Óscar de la Hoya colgó los guantes, poniendo fin a una carrera profesional en la que se ciñó 10 campeonatos mundiales en seis divisiones y se convirtió en uno de los boxeadores más carismáticos del deporte.
El descendiente de mexicanos, por muchos años la figura más popular del pugilismo, anunció su decisión en una rueda de prensa frente al Staples Center, donde hay una estatua suya.
Colgó los guantes cuatro meses después de recibir una paliza a manos de Manny Pacquiao, su cuarta derrota en sus siete últimos combates. Con 36 años, el oriundo de Los Ángeles abandona el cuadrilátero con marca de 39-6 y 30 nocauts.
De la Hoya no le ganaba a un rival de cuidado desde que en 2002 superó a Fernando Vargas, diciéndole a sus seguidores que decidió ponerle fin a su carrera porque no es justo para él y sus fanáticos seguir peleando si no puede competir al máximo nivel. La edad empezó a pasarle factura, sufriendo derrotas en años recientes ante Félix Trinidad, Shane Mosley, Bernard Hopkins y Floyd Mayweather Jr.
"Llegué a la conclusión de que ya basta", declaró ante centenares de aficionados, entre ellos el laureado actor Mickey Rourke y el comediante George López. "No subo más a un ring".
De la Hoya continuará ligado al boxeo como promotor con su compañía Golden Boy Promotions.
Conquistó su último título en mayo de 2006, cuando noqueó a Ricardo Mayorga en el sexto round en una pelea por el cinturón welter del Consejo Mundial de Boxeo.
"Esto ha sido el amor de mi vida, el boxeo es mi pasión, nací para boxear. Cuando ya no puedo hacerlo más, cuando no puedo competir al máximo nivel, pues ya no es justo. No es justo para mí, ni justo para los aficionados. No es justo para nadie".
Trascendió más allá del deporte, al ser popular entre la afición latina y anglosajona. Fue particularmente popular con las mujeres, que acudían en masa a sus ruedas de prensa y peleas, atraídas por un boxeador apuesto y dueño de una sonrisa radiante. El campeón olímpico en Barcelona 1992 reconoció que le costó tomar la decisión.
"Ahora comprendo por qué a los deportistas les cuesta tanto retirarse de algo de lo cual se sienten tan involucrados", declaró.
"Aún puedo entrenar fuerte y competir, pero ya no es lo mismo cuando se trata de un atleta que no compite al nivel más alto tras varios años. No es justo cuando uno sube al entarimado y no puede dar lo mejor", agregó.
En todo momento mantuvo un rostro serio durante su anuncio. Su voz se entrecortó sólo cuando dio las gracias a su padre Joel, sentado junto a su esposa, la cantante puertorriqueña Millie Corretjer.
"Yo recuerdo las veces que él me llevó al gimnasio y nunca paró de apoyarme. Vivimos varios momentos difíciles arriba del ring, pasamos por todo, pero mi padre siempre estuvo conmigo. Gracias por haberme exigido al máximo".