INVERNADEROS FAMILIARES PARA LA PRODUCCIÓN DE HORTALIZAS
Debido a la problemática productiva a nivel comercial, surge la necesidad del autoconsumo para los productores rurales. Los invernaderos familiares, su construcción persigue 3 objetivos principales: aumentar el periodo de cosecha de hortalizas, incorporar a la dieta familiar especies sensibles a las bajas temperaturas y disminuir el costo de construcción de los invernaderos. El modelo propuesto es de fácil construcción por cualquier poblador rural, utiliza materiales disponibles por toda la población y su diseño está calculado para un mejor aprovechamiento del espacio interno y para la mejor conservación y ventilación con el mínimo costo posible.
Los invernaderos serán de una superficie de 42 m2 (6,50 x 6,50 m), una altura máxima en la cumbrera de 3.50 m y están diseñados para proveer verduras y hortalizas de una familia. La construcción sería con postes y varillones de madera de ciprés y pino, a dos aguas y con ventana cenital, con un emparrillado de alambre galvanizado en el techo y 2 hebras en las paredes. Toda la superficie está cubierta con polietileno LDT de 150 ó 200 micrones de espesor. La ventana cenital puede quedar abierta en el verano en forma permanente, o cerrada durante la noche. El invernadero debe tener también una puerta de 1 x 2 m en uno de los frentes.
El invernáculo familiar se puede utilizar en cualquier mes del año, dependiendo del ciclo agrícola. En el mes de septiembre se pueden sembrar los almácigos de especies sensibles a bajas temperaturas (tomate, pimiento, etc.), que serán trasplantados en noviembre dentro o fuera del invernáculo. En octubre se realiza la siembra directa de pepino, zapallo y otras cucurbitáceas. La cosecha de hortalizas de hoja comienza en octubre-noviembre. El tomate por ejemplo se cosecha desde fines de enero hasta fines de mayo dentro del invernadero (hasta abril a cielo abierto en algunas zonas no heladoras). En febrero se siembran nuevamente verduras de hoja para ser cosechadas en otoño-invierno.
En la actualidad este tipo de invernadero está siendo utilizado tanto por pequeños productores, como por pobladores de zonas urbanas y suburbanas de algunas regiones del país, Si se considera sólo la zona rural.
Los pequeños productores que se pudieran incorporar a esta tecnología deben poseer pequeños predios de 1 a 20 ha. Los sistemas productivos están orientados principalmente para el autoconsumo e incluirían vacas, ovejas, animales de granja, huerta y algunos frutales. También es bastante frecuente que algunos productores puedan vender leña y/o madera, depende de la región. Una vez satisfecho el consumo familiar, los productores colocarían en el mercado sus excedentes productivos. Completa el cuadro el trabajo extrapredial orientado a la cosecha de fruta fina, la plantación de árboles y la participación en planes de empleo transitorio.
Desde el punto de vista de los técnicos, esta tecnología se desempeña satisfactoriamente, ya que permite producir hortalizas fuera de temporada y logra obtener especies que no era posible cultivar debido al muy breve periodo libre de heladas. La alta valoración que muestran los pequeños productores por este tipo de tecnología se pone de manifiesto al observar la demanda creciente de apoyo técnico para construir nuevos invernaderos.
El costo de construcción de 1 invernadero de 6.50 x 6.50 m se debe calcular incluyendo no sólo los insumos obtenidos del mercado (plástico, madera, alambre, clavos, mangueras y aspersores), sino también los provenientes de las propias explotaciones (abono de corral y semillas). Cabe aclarar que en algunos casos el costo de los insumos externos es menor, ya que los productores suelen disponer en sus campos de la madera necesaria para construir los invernaderos. También es frecuente que utilicen alambres reciclados obtenidos de alambrados viejos. Cada 3 años es necesario reponer el plástico que cubre al invernadero.
Se calcula que para su construcción se requieren 6 jornales y para facilitar la tarea de construcción del invernadero generalmente trabajan 2 personas. Su manejo demanda aproximadamente 1 jornada/semana.
El uso de esta tecnología permite: I) Un incremento en los volúmenes productivos (5 kg/m2 de producción promedio en invernaderos vs 2 kg/m2 al aire libre); II) Un mayor periodo de cosecha (8 meses/año vs 4 meses/año); III) Un mejor aprovechamiento de la superficie disponible; IV) Una mejor utilización de la mano de obra familiar en relación al producto obtenido; y V) Trabajar bajo condiciones climáticas mucho más favorables.
Asimismo, permite mejorar el estado nutricional de las familias de pequeños productores. Además, presenta la potencialidad de mejorar el ingreso de los pequeños productores con la venta eventual de excedentes. Sobre todo si se agranda el invernadero, pasando de una escala familiar a una comercial.