Desde luego que yo no soy un experto sobre esta enfermedad, puesto que ni soy médico que cura humanos, ni médico que cura animales, la información que tengo se la debo a muchas instituciones, amigos y demás medios de comunicación, que en ocasiones lo confunden a uno y en ocasiones convencen, sin embargo es necesario informar de cualquier síntoma relacionado con la gripe a las instituciones de salud pública, los que se han estado manifestando por todos los medios.
Tras la detección de un caso de transmisión del virus A/H1N1 de humanos a cerdos en Canadá, la FAO ha instado de nuevo a las autoridades nacionales y los granjeros a vigilar de cerca la cabaña porcina e investigar la aparición de cualquier síntoma relacionado con la gripe en los animales.
La transmisión de humanos a animales ocurrida en Canadá no supone una sorpresa, ya que los virus de la gripe pueden transmitirse de esta forma, según manifiesta el jefe veterinario de la FAO, Joseph Domenech. Este señor además dice que lo ocurrido en Canadá no debe crear el pánico, pero recuerda la existencia de una cadena de transmisión de virus entre humanos y animales sobre la que se debe poner mucha atención.
Los virus de la gripe -en humanos o animales- evolucionan constantemente a nivel genético, al tiempo que cambia su capacidad de producir morbilidad y mortalidad en las personas o los animales. Por ello es necesario vigilar de cerca la actual situación del H1N1, ya que muchas de las características y desarrollo del virus todavía se desconocen.
Es necesario intensificar la vigilancia sobre las enfermedades respiratorias en los establos porcinos e informar de inmediato de cualquier caso de síndrome respiratorio porcino a las autoridades veterinarias. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la FAO deben ser informadas sobre cualquier brote del nuevo virus de la gripe A/H1N1 en los cerdos.
Hay que aplicar medidas estrictas de bioseguridad -incluyendo la limitación del transporte de cerdos, mercancías y personas- en todas las granjas y explotaciones porcinas con síntomas de enfermedades respiratorias, hasta que se realice un diagnóstico correcto de la enfermedad.
En los casos en que se confirme la existencia del virus A/H1N1, hay que imponer una restricción al transporte de animales hasta siete días después de que se haya recuperado el último de los animales enfermos. Los gobiernos deben ofrecer su total apoyo para mejorar las medidas de bioseguridad, en especial en las explotaciones porcinas pequeñas y medianas.
Las personas que trabajan en contacto directo con los cerdos deben abstenerse de ir a trabajar si tienen síntomas de enfermedades respiratorias, gripe o fiebre. Los veterinarios y personas que manipulan los animales deben portar ropa de protección adecuada para minimizar el riesgo de contagio.
La FAO ha insistido en que no existe ninguna necesidad de sacrificar animales para prevenir la circulación del virus A/H1N1, y subraya que los humanos no pueden contraer este tipo de virus a través de los cerdos o sus productos. Siempre que se manipulen de acuerdo con las prácticas de higiene adecuadas recomendadas por la Comisión del Codex Alimentarius -promovida por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS)- el cerdo y los productos porcinos no representan una fuente de infección.
Por otra parte, dentro de la normatividad mexicana, se fundamenta lo anterior, además de las disposiciones internacionales ya citadas, la Ley de Sanidad Animal, la Ley General de Salud, sus reglamentos de cada una y sobre todo las Normas Oficiales Mexicanas sobre la materia, que para el caso de la fiebre porcina, existe una Norma Oficial Mexicana de emergencia y que de acuerdo a la Ley sobre Metrología y Normalización actualmente ha adquirido la obligatoriedad como Norma Oficial Mexicana firme.
La recomendación, a fin de prevenir esta enfermedad, está por demás inscrita por todos lados, gracias a la atinada, eficiente y oportuna medida tomada por el Sector Salud oficial.