LOS VALORES CULTURALES PROFUNDOS: CIMIENTOS DE LA EMPRESA AGROPECUARIA
En ocasiones, el término "valores universales" se utiliza para referirse al concepto de los valores culturales profundos, el cual se relaciona con aquellos que integran los cimientos duraderos de una sociedad, al igual que de las empresas que son una parte importante de ella. Tales valores proceden de los niveles profundos de la cultura del país, y son los que se preservan durante largos periodos históricos. Para los habitantes del país, contienen la esencia del sentido profundo de la vida, proporcionan estabilidad y le dan al pueblo un sentido de cohesión y pertenencia. Los visionarios y los investigadores de las empresas consideran estos valores profundos como los que toda empresa debe preservar, dado que constituyen la base de sus cimientos de estabilidad.
En muchos países, como sucede en México, hay también otros niveles de costumbres y hábitos culturales que se han desarrollado a lo largo del tiempo. Pero ese nivel es más superficial y tiende a cambiar con la alteración del entorno exterior. Sin embargo, tales cambios de costumbres y hábitos no afectan los valores culturales profundos del país. Al parecer, la dificultad se asocia con el problema de la capacidad para diferenciar entre los que son valores profundos y las costumbres y hábitos superficiales, que, de hecho, necesitan cambiarse en beneficio de casi todas las situaciones de trabajo. El presente libro ofrece las bases para tal separación, conforme a lo hecho por ejecutivos que han experimentado una transformación de su empresa. Nunca se puede exagerar la importancia que en el transcurso del proceso de transformación tienen estos valores culturales profundos como los cimientos tanto de la vida como del trabajo. Es evidente que tal ajuste constituye un gran desafío para México y su comunidad empresarial ahora que vivimos en una época de caos y grandes cambios. Se presenta como un fenómeno más importante incluso más importante ahora que en periodo de estabilidad, de manera que la población pueda seguir asida de sus valores culturales como la esencia de la vida y el trabajo.
Un aspecto que se ha convertido en un reto para los agronegocios mexicanos es la creciente interacción con compañías extranjeras, y la manera de ajustarse unos y otras a sus respectivos valores y principios de trabajo. No cabe duda de que las compañías extranjeras llegan a México con suposiciones preconcebidas y valores relacionados con la manera como, en su concepto, deberían conducirse las empresas. Por lo tanto, es necesario que ambas partes reconozcan el hecho en un principio, y que éste requiere un proceso de estudio, reflexión y diálogo con el fin primordial de preservar las creencias profundas que tenga cada país. Al mismo tiempo, necesitan establecer, mediante un acuerdo mutuo, un "código de conducta" que forme la base de las operaciones de negocios cotidianas y que incluya reglas de ambos países, pero adaptadas a las características especiales y el personal de cada compañía. Este proceso ya está en curso en unas cuantas compañías de vanguardia. No es fácil, pero sí esencial para que pueda prevalecer la armonía y la comprensión, lo que en el largo plazo redundará en beneficio de ambas partes.
Se debe describir el proceso de identificación de los valores culturales profundos de México y su contenido principal; asimismo, señalar las costumbres y hábitos que han llegado a ser parte de la "cultura superficial" con el paso de los años, pero que es necesario modificar. Las empresas que han experimentado este proceso de reflexión y transformación enfatizaron los cambios personales fundamentales que entraña, al igual que la nueva luz con la que ahora perciben su trabajo y el conjunto de la vida. Este grupo ejecutivo sostiene firmemente que el éxito futuro de las empresas mexicanas deberá asentarse con firmeza en los valores culturales profundos del país que son los que guían los principios básicos de la compañía y sus operaciones cotidianas. Asimismo, estos valores profundos son los que aclaran la verdadera conexión entre las empresas, la espiritualidad y nuestro entorno natural.
En lo que respecta a este campo, México tiene una marcada ventaja. Aunque el país está experimentando grandes negativas sobre sus valores culturales profundos, todavía conserva una fuerte base cultural. Por lo tanto, le es más fácil hacer las adaptaciones necesarias que a muchos de los otros países alternamente industrializados, en los que tales valores profundos han sufrido una supresión bajo numerosas generaciones empresariales cuyos valores se basan principalmente en aspectos económicos.
Es interesante notar que el concepto de la "humanización" de los agronegocios se ha convertido en la nueva palabra de moda en el sector de negocios globalizados. Algunas compañías han intentado dar mayor atención a la "humanización" mediante la incorporación de sus intentos de lo que denominan su recurso más valioso: el capital intelectual. Sin embargo, hasta la fecha tal propósito ha sido limitado, ya que es un concepto difícil de reconciliar con los principios de la mayoría de las compañías globalizadas, cuyos cimientos son valores basados fuertemente en aspectos económicos.