Incendio. El fuego dejó a cuatro familias damnificadas, quienes necesitan ayuda para reconstruir sus jacales.
TORREÓN.- "Se está quemando el jacal", alcanzó a escuchar la pequeña María Isabel cuando preparaba el desayuno para sus primos. Después vio cómo la madera ardía con el fuego, y sólo pensó en sacar a los niños de la casa.
El incendio fue el sábado por la mañana en la calle Pánfilo Natera número 98 de la colonia División del Norte. Ayer domingo, el olor a quemado aún calaba. Con palas y azadones, los damnificados intentaban rescatar algo de entre los escombros, pero era inútil: todo lo devoró el fuego.
María Isabel Carrillo, de 13 años de edad, estaba en el jacal de su tía cuidando a sus primos cuando el fuego inició. Estaba preparando el desayuno cuando escuchó que alguien le gritaba que la casa se quemaba.
"Estaba con Marcos, Ángel y Ramón, ellos son mis primos. Me asusté mucho porque pensé que nos íbamos a morir quemados, pero saqué a los niños como pude, también quise sacar algo de ropa pero ya no pude".
María Helena González Villa es la dueña de uno de los cuatro jacales que consumió el fuego. Unas horas antes del incendio, salió de su casa y cuando regresó sólo encontró cenizas.
"Regresaba del Centro con mi hija María Luisa, y vimos la humareda. Cuando nos acercamos más nos dimos cuenta que era nuestra casa la que estaba desapareciendo en medio de las llamas. No nos quedó nada".
Estufa, camas, televisor, ropa, todo se perdió. "Mis hijos estaban solos en la casa", dice María Helena, quien asegura que ni ella ni el resto de los damnificados, Juan González, Felipe Carrillo Urbina y Érika Guardado, han recibido ayuda.
"Yo no estaba en la casa porque andaba con mi mamá en un mandado. Todos mis hermanos se quedaron en la casa y cuando vi el fuego pensé que se habían quedado adentro", dice María Luisa González, de 13 años de edad.
Asegura que sintió un alivio cuando vio que a sus hermanos no les había pasado nada. "Nos quedamos sin nada. Perdimos nuestra ropa, los papeles, las camas, nada más nos quedamos con lo que traemos puesto".
La noche del sábado, los niños y María Helena durmieron a la intemperie. Una vecina le regaló una tarima y un colchón que colocaron en el patio, "acosté a las niñas conmigo, pero los niños se quedaron en el suelo".
María Helena gana 450 pesos limpiando una casa, "es que nada más voy tres días a la semana. Mi hija, María Luisa, trabaja como cerillito y con eso la vamos pasando".
"Por eso el dinero no me alcanza para construir una casa de block. Anduve buscando madera para reconstruir los jacales pero las madererías estaban cerradas, así que nos va a tocar dormir en el patio otra vez".
Ninguno de los damnificados sabe qué fue lo que provocó el incendio. Las llamas comenzaron en el jacal de Érika Guardado y luego explotó un tanque de gas.
Aunque lamenta haber perdido lo poco que tenía, María Helena dice que las cosas materiales siempre se pueden recuperar, pero la vida nunca, "lo bueno es que los niños están bien, eso es lo que importa de verdad".