Con pintura en el rostro, con camisas verdes y hasta con pelucas, la afición apoyó a su Selección. (Fotografías de Yolanda Alonso)
Yolanda Alonso
.- Veinte minutos antes de las dos de la tarde, microbuses, vagones del Metro y del tren ligero lucían repletos de seguidores del Tri, la mayoría de ellos portaban la playera verde de la Selección o algún distintivo en apoyo a ella.
En el acceso al Estadio Azteca se podía encontrar una gran serie de souvenirs, playeras, balones, banderas, pelucas, sombreros, banditas, boletos en reventa, tacos, bebidas, todo lo necesario para comenzar la fiesta futbolera. A las dos en punto, las puertas del estadio se abrieron y la multitud comenzó a abarrotar el estadio.
El ambiente ya era de fiesta, todos aseguraban un triunfo de la Selección sin mayores problemas. Seguidores del Tri de diversos puntos de la República se dieron cita, sin importar las horas de traslado como Marco Antonio y Jaime, dos laguneros que desde hace años radican en Nuevo Laredo, Tamaulipas, a quienes no les importó viajar 17 largas horas en autobús sólo para disfrutar del juego México-El Salvador. "No importan las horas de viaje, estamos contentos, es un día de fiesta nacional y celebraremos el pase de México al Mundial", dijo Marco.
Una hora antes de que iniciara el juego, comenzó la ola, el estadio ya lucía al 80 por ciento y el ambiente era de fiesta, sin más preocupaciones que ver a la Selección jugar, a esperar que brincara al campo el ídolo Cuauhtémoc Blanco, cuyo rostro figuraba en cientos de souvenirs. La ola comenzó y dio 10 vueltas al estadio, el ruido ensordecedor de las cornetas no dejaba de sonar, 100 mil almas estaban listas para gritar gol.
A las 4:17 saltó a la cancha Memo Ochoa, José Corona, los entrenadores de porteros y los porteros de la selección salvadoreña. Los aplausos fueron para los mexicanos y enseguida los abucheos para los salvadoreños, quienes fueron recibidos por alrededor de 400 seguidores que realizaron el viaje. Dos minutos más tarde salió el equipo completo de El Salvador y a las 4:22 la Selección azteca.
Diez minutos antes de las 5 salieron al terreno de juego las bancas de ambos equipos y comenzaron a anunciar las alineaciones, el más ovacionado fue el jugador número 10, Cuauhtémoc Blanco y a pesar de que el juego en su inicio se vio cortado por dos panales de abejas que estaban al ras de la cancha, pronto comenzó la ola, el Cielito Lindo, el olé, los aplausos. El grito efusivo del primer gol, del segundo, cuando cayó el tercero el Azteca se convirtió en festejo, las cornetas no paraban, el Cielito Lindo se intensificaba, ni el gol al ángulo de Julio Martínez al minuto 87 calló al Azteca, al cuarto gol el grito sólo era "Nos vamos al Mundial" y la felicidad desbordaba.
