
Una gran tormenta de polvo hizo que Sidney, Australia, amaneciera bajo una espectacular luz roja, además de paralizar la actividad a primera hora de la mañana, informaron testigos y fuentes oficiales. El tono rojizo de la nube de polvo -que daba la impresión de que un enorme incendio forestal rodeara la ciudad y provocó que algunos residentes llamaran a la radio ABC temiendo que hubiera llegado el fin del mundo- se suavizó a los pocas horas. Procedente del desierto del interior del país, el fenómeno empezó durante la noche y afectó a gran parte del estado deNueva Gales del Sur, con vientos superiores a los cien kilómetros por hora. El transporte público quedó suspendido y las autoridades sanitarias emitieron una alerta para que los ciudadanos con problemas respiratorios, asma o problemas de corazón no saliesen a la calle. Muchas oficinas suspendieron temporalmente sus operaciones debido a la irritabilidad que producía en los ojos de la plantilla la arena que entraba por todas partes. Varios vuelos internacionales desde Sidney se pospusieron o desviaron aMelbourne y Brisbane.