CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA (VIGÉSIMA QUINTA PARTE) EL ROL DE MÉDICOS Y MAESTROS EN LA SALUD MENTAL
Podemos resumir entonces, después de varias semanas de explorar este fascinante e importante tema sobre el rol tan fundamental que juegan los maestros en el sistema educativo, no sólo en lo referente a la educación académica, sino también en lo que se relaciona con otro tipo de educación más personal y profunda, que trata de la formación y la maduración de los individuos en áreas tan básicas como son las ya mencionadas en cuanto a la orientación vocacional, la educación sexual, así como sobre el uso y el abuso de las drogas etiquetadas como legales: el alcohol y la nicotina. Pero además de la presencia de los maestros en las escuelas, hay que admirar su capacidad para observar, escuchar y relacionarse con los estudiantes, lo que igualmente les permite registrar y enfrentar diferentes tipos de ciertas señales específicas y sospechosas que apuntan hacia el inicio a través de los primeros síntomas de diferentes tipos de trastornos psiquiátricos o de conflictos psicológicos internos, relacionados con los padres, los hermanos o la familia y el ambiente en general. Gracias a esas capacidades, los maestros pueden entonces detectarlos tempranamente, para así ofrecer a los alumnos la ayuda necesaria, sea ahí mismo en la escuela, o canalizándoles hacia las fuentes de tratamiento profesional que se requieran.
Nuevamente me atrevo a enfatizar una vez más, la necesidad de contar también con el suficiente número de psicólogos en todas las instituciones educativas, a todos los diferentes niveles del sistema, desde su inicio en las guarderías hasta las universidades e instituciones tecnológicas. A pesar de que queremos creer que los maestros suelen tener en su formación un buen grado de capacitación de tipo psicológico, así como ciertos conocimientos sobre los trastornos psiquiátricos, la presencia de los psicólogos será definitivamente un factor complementario en el trabajo escolar de ambos profesionales, que obviamente redundará en esa mayor comprensión y detección de aquellos casos en los que se requiere de intervenciones especializadas, sea durante la infancia, la adolescencia o en la etapa adulta. Es así como desde muy temprano en el sistema educativo, se pueden integrar equipos de trabajadores de la salud mental, si así los pudiéramos llamar, que mantengan un estado de alerta constante para la prevención de este tipo de trastornos, en lo que pudiera ser una campaña total sin fechas específicas, y sin interrupciones de ningún tipo. A la larga inclusive, podrían expandirse como departamentos de Salud Mental, que son tan necesarios en nuestro país, en lo que viene a ser el capítulo de la detección temprana y la prevención de las enfermedades mentales.
Las instituciones educativas en general, son el territorio perfecto para la detección temprana de trastornos depresivos, de ansiedad, de la alimentación, de la conducta, del aprendizaje y del lenguaje, del déficit de la atención y la hiperactividad, de las funciones corporales básicas como la eliminación o el sueño, del autismo, de los trastornos psicóticos, de las adicciones, de los trastornos de personalidad, de las reacciones de tipo psicológico a diferentes clases de padecimientos que llamamos médicos u orgánicos, ya sea agudos o crónicos y así sucesivamente. Si tomamos en cuenta esa enorme población que satura las aulas de nuestras escuelas a todos los niveles referidos, será fácil pensar desde el punto de vista estadístico y epidemiológico, el porcentaje de individuos que podrán presentar cualquiera de los trastornos mencionados, y que por lo mismo, van a requerir ser detectados, valorados y canalizados profesionalmente en forma apropiada de acuerdo a sus necesidades y las de sus respectivas familias. Me parece entonces, que conforme aumente nuestro nivel de educación y de cultura médica, sobre todo en lo que concierne al área de la salud mental, los mexicanos estaremos más conscientes de la existencia real de dichos trastornos, del importante rol que juegan los maestros, los psicólogos y las instituciones educativas como un equipo formidable, así como de la forma en que asimismo, todos podremos ser capaces de cooperar en lo que debieran ser campañas permanentes sobre la salud mental. Campañas que no se limiten exclusivamente a uno o dos días al año, bautizadas con títulos pomposos, en los que ondean las banderitas y los listoncitos de colores, adornados por discursos demagógicos e idolatría de imágenes políticas ya muy desgastadas. La realidad es que las necesidades dentro de la salud mental están presentes todos los días del año, las veinticuatro horas y así debemos entenderlo, tomarlo en cuenta y enfatizarlo (Continuará).
Asociación de Psiquiatría y Salud Mental de La Laguna A.C. (PSILAC)